viernes, 20 de noviembre de 2009

El Hombre Que No Ha Conocido A Nacho Vegas

Después de mucho pensarle, ya me aventé al ruedo. Tenía que vomitar sobre esto. Me tomo la libertad de hablar sobre música, aunque no sé nada de ella mas que lo que me dicta el oído, el cerebro (o eso que mi cráneo proteja), el corazón y la tripa. Aphex, en cualquier momento que lo creas conveniente, corrígeme en tu blog. Tambor, Esquer, Karnal... disculpen si les fallo.

Creo que son pocas veces en la vida que uno se enfrenta a revelaciones de cualquier tipo. En este caso la revelación ocurrió hace rato... y fue musical. Especialmente en una generación como la nuestra, en la que por más que se le quiera etiquetar es inetiquetable simplemente porque no hay identidad cual ninguna. En esta crisis generacional que roba, que pide prestado, o que simplemente refritea manifestaciones culturales del pasado, a veces el cantautor (para mí, combo necesario), sale a flote con un estilo frankensteinianamente único.

Ese cantautor, salido de los inframundos de nuestra generación, no es Mexicano ni mucho menos gringo... es de la tierra de Sabina y se llama Nacho Vegas.

Lo escuché primero en alguna peda junto a mis tres hermanos. La canción: Gang Bang; el disco: Freak Show, de Enrique Bunbury. ¡¿Neta?! Acordeón, vals, lo burlesque, el neón, la noche. La canción era a duo con Enrique Bunbury, al que también creo un monstruo totalmente subestimado.

Y ese contraste de voces y su perfecto acomodo en las estrofas fue estrujante. Fue un sentimiento parecido a la primera vez que escuché Esa Noche de Cafe Tacvba, pero también a la primera vez que escuché a Regan hablar con voz endemoniada en El Exorcista. Era ese yo interior de un personaje muchas veces visto en grandes películas. Quedándonos en la comparación con películas... Gang Bang es Music Noir.

Nacho Vegas es como el hijo perdido de Chavela Vargas. Mientras ésta llora y sufre sin tapujos, a carne viva, en un folk Mexicano sutilmente profundo, Vegas reprime el grito y su voz sale como un llanto leve... como un lamento espectral de noche, a la distancia, que está ahí por el simple hecho de lo inevitable... para ver quién escucha.

Nacho Vegas es folk. Es regresar a la música por urgencia. No es música ornamental. Tiene de trovador lo que Sabina tiene de rockero. Su disco compartido con Enrique Bunbury, El Tiempo De Las Cerezas, es una obra de arte de lo bohemio, lo cabaretero, la pena, el alcohol... la noche. Un hermano dijo, muy pedo ya, que éste disco es tan especial y único, que si pones a Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band al lado, no sabes a cuál irle. En ese momento le dije que fuera más mesurado en sus palabras... pero los borrachos y los niños siempre dicen la verdad, y mi hermano es ambas cosas.

Vegas es tan especial y tan cojonudamente crudo que resuena en diferentes fibras del humano, haciéndolo brillar con luz propia y nunca siendo eclipsado por nadie.

Una de las cosas que me llama mucho la atención de Nacho Vegas es que sus canciones, como las de Sabina, Cohen, Dylan y Pink Floyd, son películas en sí solas. Cuentan historias, y entre tres y cinco minutos, te llevan por una montaña rusa emocional que pocos artistas logran hoy en día. Y lo más fuerte de esto, es las personas con las que se podrían identificar dichos monstruos mitad canción, mitad película.

Nacho Vegas llega a las pasiones humanas desbordadas como Cronenberg y Aronofsky en la misma Gang Bang y en Canción De Isabel; llega a los mundos sexual y espiritualmente violados como Almodóvar en la grandiosa Historia De Un Perdedor y la alucinante Mi Marilyn Particular; llega a texturas humanas muy profundas, maquilladas por una capa exterior muy fácilmente confundida con banalidad, al igual que Billy Wilder, en canciones como El Cazador, y El Hombre Que Casi Conoció A Michi Panero.

A Vegas lo conocí por Bunbury, y cuando sacaron el disco juntos, ese disco que quedará dentro de mi top 10 para la posteridad, me enamoré inmediatamente de sus creaciones. Es inmediato, es urgente y es extraña, clásica y genuinamente talentoso.

"¿No veis que yo le rezo a un dios, que me prometió,
que cuando esto acabe
no habrá nada más?
¡fue bastante ya!"

-Nacho Vegas, El Hombre Que Casi Conoció A Michi Panero

viernes, 30 de octubre de 2009

Disculpe, Señor

Disculpe, señor ¿es usted policía? Perdón, ya vi su placa. Veo que es tránsito. Tránsito de Monterrey. Se debe sentir extremadamente poderoso, ¿no? Importante, ¿quizás? Sí.

Veo que no quiere hablar.

¿Recuerda aquella madrugada? Eran cerca de las 12:15am. Toyota gris. Faro fundido. ¿Cómo funciona el reglamento de tránsito? ¿Cómo una persona detenida por un faro fundido termina transformándose en el transcurso de decenas de golpes en un narcomenudista?

¿Conoce a Kafka?

Claro que no. ¿Cómo lo va a conocer? Disculpe, señor. No fue mi intención ofenderlo. A usted le puedo referenciar al libro vaquero, o a Polo Polo, quizás.

Sabe usted qué es lo que le pasa a una persona cuando, una madrugada, después de terminar su tésis... disculpe, ¿sabe lo que es una tésis? No, claro que no. Una tésis es un documento final que en muchas carreras universitarias se exige como requisito para graduarse. ¡Graduarse! De Arquitectura, en este caso.

Pues bien, ¿sabe lo que le pasa a una persona que después de eso, es golpeada y acusada de narcomenudista, y expuesto a los medios por un ínfimo ser que se siente grande al estar enfundado en un uniforme de telas de segunda?

¿Escuchó? Kafka de nuevo.

Pues qué bien que una persona como usted esté acostumbrada a procesos Kafkianos. Le servirá su... ¿cómo llamarle? Expertise, para entender que una persona en ese escenario, expuesta ante los medios, acusada injustamente... una persona así pierde mucho más que a su familia, su título o su reputación.

Una persona así pierde algo irreparable en su esencia. Yo no sé que es. Sólo sé que algo desaparece... muere. Una persona así, no tiene nada qué perder. Una persona así se transforma.

Le voy a quitar la venda de los ojos. Su vista va a tardar en acostumbrarse al brillo. Es sólo cuestión de segundos. Antes de eso, sin embargo, quiero que traiga a su mente la última memoria que tenga de sus hijos.

Disculpe, señor ¿puede ver ya?

Obsérvelos... son sus hijos.

Supongo que esos pedazos de carne, tripas, órganos, y cabellos no se parecen a la imagen en su cabecita.

¡Kafka!

domingo, 11 de octubre de 2009

En Un Hermoso Peregrinar

Y sí. La vi cruzando la calle e inmediatamente me dispuse a perseguirla.

No había un por qué. ¿Por qué nos obsesionamos con hallar razones para todo? Siempre he creido que son inútiles. Lo que a una persona le parece completamente lógico, razonable (¡qué abstractas palabras!), a otra le puede parecer lo más primitivo, enfermizo y obscuro. Yo no pierdo el tiempo en buscar razones para lo que por impulso me sale del alma (¿existe?).

Mejor me puse a perseguirla. Porque así se me antojó.

La seguí por avenidas principales (me sentía juzgado por las multitudes), por calles comerciales (¿es que la gente ya no concibe otra cosa qué hacer los fines de semana más que consumir?), por angostos y claustrofóbicos callejones (mucho mejor, ya tenemos algo en común), la seguía, a una distancia segura. Y ella continuaba su caminar, sin parar, sin voltear, como si tuviera su mira fija en algo que yo no podía adivinar.

Y sí, trataba de adivinar: me la imaginaba llegando por sus niños al kinder; o llegando a verse con su esposo, tener un beso improvisado a mitad de la calle que me recordara a Doisneau; o mejor aún, que llegara a dejar a sus niños con su esposo, se despidiera, se topara con su amante joven, bellísimo, dominante, y se dieran un beso improvisado a mitad de la calle que me recordara a Doisneau.

Nada, no esposos, no niños, no amantes, no besos improvisados. Sólo ella y su soledad en frente; yo y ella en frente. ¿Es que ella perseguía su destino? ¿Y yo? No sé. Tres horas de caminata apresurada cansan a cualquiera, hasta a un caminante empedernido como yo.

Pero ella seguía caminando a ese ritmo rapidísimo. Ella con su vestido corto que dejaba ver esa dulce celulitis de una mujer madura, de una mujer que ha vivido, que tiene mundo, y sobre todo que camina de a madre. Ella con sus zapatos de tacón que hacían presumir esa hermosa pantorrilla, como cantaba en alguna ocasión el grupo Bronco. Y yo con esas callosidades que me acalambraban como pequeñas descargas eléctricas. Cinco horas y no paraba.

Pero ¡¿Cómo dejar a alguien así escapar?! Yo la vi cuando salió de esa tienda de lencería. Yo que amo, que fantaseo con las mujeres que entran desinhibidamente a una tienda de lencería y se toman su tiempo en escoger tangas, medias, ligueros, brassieres. Esas mujeres que levantan esas prendas hacia la luz, y las ven, y se imaginan en ellas. Y mientras ellas lo hacen, yo con mi cigarro arrugado, fumándome casi el filtro, las imagino a ellas.

Imagino sus vidas, sus gustos... creo que la ropa interior de la mujer habla mucho de ella. Imagino todo de ellas desde antes de que se decidan a entrar a la tienda. Imagino y nunca atino. Pero esta vez fue mágico. Lo logré, vi la mirada perdida de esta hermosa cuarentona y me la imaginé en ropa interior.


Tenía esa imagen en mi cabeza, mezclándose con el humo de tabaco y filtro de mi cigarro. Y mientras la imagen se enfocaba, ella escogía esas prendas que se develaban ante mi fantasía. Escogía cada cosa que imaginaba y las metía en la bolsa.

¿Cómo dejar ir a alguien así?

No sé... llevo día y medio, y sigo caminando. Ella sigue ahí, delante de mí, a la misma distancia.

Ella camina y camina, y yo la sigo y la sigo. La vista de esa mujer humana, sin perfecciones, vale una eternidad de peregrinaje.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Visitas


¿Será cierto eso de la reencarnación? No sé. Lo que sé acerca de ese concepto es que de una manera u otra muchas sociedades/culturas/religiones en la historia han teorizado acerca de ella. Conozco la nobleza inherente en el budismo, cuyos seguidores dan por sentado el viaje cíclico del alma hasta alcanzar el estado puro y de clímax: el nirvana. Sé que el concepto ha sido parte de innumerables premisas de filmes a lo largo de la joven historia cinematográfica.

Sé que la mayoría de las nuevas generaciones han crecido y están creciendo con una obsesión por lo alternativo y por diferenciarse. Entre esa obsesión, se encuentra soldada la resistencia a cierta religión. El ateísmo se ha convertido en una moda. Se ha convertido justo en lo que muchos de los ateos huían.

Sé que yo soy católico por educación y por familia. Sé que he configurado mi Jesús personal en el cuál quiero creer. Me impora un carajo la iglesia, los sacerdotes y cualquier humano e institución que crea que lleva mano en ámbitos religiosos y que imponga reglas, interpretaciones, simbolismos, etc. Y quiero creer en un más allá, en que la muerte, cómo dice el Cristo Scorsesiano: "Is not a door which closes. It is a door which opens".

Tengo pláticas esquizofrénicas con mis muertos. Les hablo y trato de imaginar qué contestarían. ¡Pero quizás no imagino! Creo que hay algo totalmente arraigado en el inconsciente colectivo mexicano que tiene que ver con una relación estrecha con la muerte. Y esto va más allá del estereotipo.

He escuchado todo tipo de historias sobre fantasmas. De pequeño, tenía una obsesión con escuchar este tipo de historias y no poder dormir por las noches. Ahora añoro esas horas de sueño perdidas. Pero esas horas en vela no era tiempo tirado a la basura. Eran horas en que imaginaba lo que había escuchado, en imágenes. También eran horas de reflexión y un prematuro análisis. Muchas de las historias que más me preocupaban y perturbaban eran las que tenían que ver con visitas de familiares muertos.

Hace algunas semanas me encontraba caminando rumbo al departamento. El ruido de la ciudad se ha vuelto aplastante considerando la cantidad de historias y personajes moviéndose y actuando en mi cabeza. Fue en esa ocasión que ocurrió algo que puedo relacionar con la visita de alguien. O al menos quiero relacionar con la visita de alguien. Venía caminando y estaba a una cuadra de llegar a mi destino cuando se cruzó por mi camino una señora que trotaba con su perro boxer blanco, con una mancha negra en el ojo derecho. Yo me quedé observando al perro porque simplemente no puedo dejar de ver a esos animales. Cuando ellos cruzaban por su cera y yo cruzaba hacia la de enfrente, ese perro me volteó a ver. Y cuando cruzamos miradas, el perro no volvió a mirar al frente. Se me quedó viendo y yo me le quedé viendo. Y el perro ya no trotaba, sólo me observaba, y alcanzabas a ver nostalgia en su mirada. De esas cosas que simplemente sientes. Así caminamos por toda la cuadra, él desatento al trote, y yo fascinado por la experiencia.

Tengo una foto en la que aparezco encarnado en un niño de 4 años junto a un pasillo que daba al patio de una casa clasemediera. Yo aparecía con una sonrisa que no me he vuelto a ver en ninguna otra foto hasta ahora: es que eran los tiempos en los que las emociones salían sin filtraje. Y detrás de mi, con una mirada nostálgica, pesada, observándome, aparecía
El Pirata, mi primer perro: un boxer blanco con una mancha negra en su ojo derecho.

Creo que si me hubieran tomado una foto hace unas semanas, mientras eso ocurría, habría repetido esa sonrisa pura y genuina.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

I Want My Scalps!

Empecemos por el principio. La película es algo que ya podría empezar a catalogarse como Tarantino Flick. Sí, es un subgénero, y mucha gente que no sea Tarantino puede intentar hacer una Tarantino Flick. Esa etiqueta lleva consigo un fuerte bagaje a cuestas.

¿Qué esperar?

Pueden venir muchas cosas a la cabeza: una buena historia, excelentes diálogos (ya también llamados tarantinescos en el argot académico), personajes memorables, guiños al cine mismo, increíble combinación de score o soundtrack con las imágenes, división por capítulos, entre otras cosas. La verdad es que aunque todas esas cosas vengan a la cabeza, la única cosa que uno sabe que puede esperar de una película de Tarantino es que sea genuinamente divertida.

Tarantino hace películas con el espectador en mente. Sabe que le gustaría hacer la mejor película que el pueda imaginarse viendo. En el caso de Inglourious Basterds, Tarantino no desentona en lo más mínimo. Nos presenta, como la campaña publicitaria pregonaba, su visión de la Segunda Guerra Mundial. Con esta película tomó un contexto, y ciertos personajes, y se dedicó a utilizarlos como parte de su película de ficción.

Inglourious Basterds es una película sobre un grupo de soldados judíos-gringos conocidos como "The Basterds", liderados por el teniente Aldo Raine (una finísima caricatura interpretada por Brad Pitt), que son elegidos para masacrar nazis y "juntar 100 cueros cabelludos nazis por soldado", en la Francia ocupada.

No me voy a meter en detalle sobre la trama y la subtrama, porque sería arruinar el factor sorpresa. Con la premisa básica del film, y con lo visto en los avances, uno puede imaginarse todo un rush adrenalínico a lo largo del film. La verdad es que esto no sucede. La película tiene largas secuencias de diálogos muy al estilo de su director, y las locaciones, en general, casi casi se cuentan con los dedos de las manos. No es una película de guerra, insisto, es una Tarantino Flick.

Inglourious Basterds es una película que con sus dos horas y media de duración, me dejó con ganas de más. Te quedas con ganas de más Basterds, de más Nazis, de más Brad Pitt y de más Christoph Waltz (WOW), de más brutalidad, de más cueros cabelludos, de más.

Otra cosa, y es jugar al profeta sin crédito, pero realmente creo que la película tiene escenas que en unas décadas serán clásicas.

"I think this might just be my masterpiece..." Con todo respeto, Sr. Tarantino, no lo creo, pero no hay duda que usted tiene estilo. Y mucho.

domingo, 30 de agosto de 2009

Óxido

Hoy me cayó el veinte. Desde abril (aproximadamente) del 2007 que no dirijo. No he estado lejos del ambiente de producción, del set, de los dolores de cabeza, de la adrenalina. Pero no es lo mismo. Definitivamente no es lo mismo. Hoy que dedico casi el 100% de mi tiempo a inspirarme y a escribir, a crear en papel, siento esa necesidad de dirigir.

Siento la fuerte necesidad, como si fuera heroína (que nunca la he probado, pero eso de "toma tu mejor orgasmo y multiplícalo por un millón, y no estás ni cerca", me hace pensar que es la neta) de tener mi fix; de organizar a un grupo de trabajo; de revisar el guión con el escritor y con los actores; de pasarme largas horas escribiendo y reescribiendo una shotlist, porque la historia que veía a las 10pm no es la misma a la que veo a la 1am; de tener mi Iñaki's cocktail (coca-cola y cult) por las mañanas, y seguir durante el día consumiendo café; de hablar con mis actores durante el rodaje, sin tener otra herramienta para dirigir más que mi instinto; de ver por el viewfinder, o por el monitor del videoassist, cómo aquello que imaginé, se devela ante mis ojos... vivo, totalmente orgánico.

Hoy me cayó el veinte, y neta no está chido. Próximamente es probable que haga un corto experimental con un amigo escritor, pero no es lo mismo. Esa necesidad de experimentar, definitivamente proviene de otro lugar, mucho muy diferente. Hoy supe que un amigo levantó la producción de un corto del que apenas hace un par de semanas me había contado. Eso detonó muchas cosas. Y ahora estoy más erizo que nunca. Hay muchas palabras que ya quieren dejar de serlo. Quieren ser imágenes, y les he negado ese derecho. En el momento en que logre dominar la carga de trabajo del siguiente período, juntaré a un grupo de actores, un decente fotógrafo, y a un muy buen colorista y me pondré a trabajar.

Necesito seguir puliendo la técnica y madurando el instinto.


Creo que estoy oxidado.

sábado, 22 de agosto de 2009

Let The Right One In

No tengo idea por qué le saqué la vuelta tanto tiempo a una película que, considero, es de las mejores del 2008 y lo que va del 2009. Un amigo había estado insistiendo en que la viera. Me la pasó, y por una u otra razón nunca la vi. Meses después estoy en Vancouver y no encuentro el CD en el que me pasó esa película. Decidí comprarla. Estoy contentísimo de haberla visto en un DVD original, con su home theatre y una pantalla decente. Joe, te recomiendo que la compres y la veas en un formato decente.

"Let The Right One In" es un excelente film que te mete de lleno a su mundo y te hipnotiza. Esto lo logra gracias a sus efectivas atmósferas, sus grandes actuaciones, su ritmo semilento y, obviamente, la increíble historia que se cuenta. Es una historia que no se compromete con nada, y no se autocensura. Es una historia que te agarra, te sacude y, al final, la sientes todavía... arañando tus entrañas.

La película cuenta la historia de Oskar, un niño de 12 años que es presa de los abusos de sus compañeros. Oskar fantasea con tener el valor de defenderse. Fantasea con matar a aquello que le moleste. Y entre sus fantasías y sus juegos y su soledad, una noche conoce a Eli. Eli es una niña vampiro. Se enamoran, pero se enamoran como sólo un niño puede amar: con pureza.

La película es obscura, y también apunta en cuestiones filosóficas del vampirismo. No es tan fácil a una persona que realmente tiene una variante en su esencia, presentarse ante la sociedad. Como Roger Ebert dijo, "es muy fácil andar con tu pose de chico goth, pero las cosas se ponen difíciles cuando tienes unas marcas de colmillos en tu cuello que presumir".

El director de la película no arriesgó para nada en relatar la esencia de la historia. No quizo ir por el susto barato, por el chorro de sangre gratuito, o por las tomas exageradamente macabras. Quizo relatar el drama de la lucha y la impotencia del niño que no tiene argumentos para defenderse, y encuentra un rayo de luz en una niñita vampira. Y lo logra. La película asusta cuando tiene que asustar, pero lo hace porque ya llevas a cuestas todo el bagaje emocional que ese niño y esa niña te proyectan.

Tanto Oskar como Eli somos nosotros en algún momento. O son aquellos niños a los que mirábamos desde nuestros pupitres cómo eran maltratados. O son aquellos niños a los que maltratábamos. Eso te conecta con los protagonistas, y cuando te asustas, te asustas de verdad, porque ya pasaste por eso. Ya viviste eso. El tema del outsider, del misfit, a todos nos es relacionable.

jueves, 30 de julio de 2009

No Rejection (A Teaser)

Thomas threw the joint away, got up, took the dead rat besides Terry and walked away. Terry got up, his ten years of age on his back, and followed his old master.

Thomas put the rat in rectangular piece of wood near an old oak. He took his old knife from his old jeans and started skinning the animal. It was a medium-sized rat, enough for him and Terry to have a good lunch. He got the peeled skin and placed it carefully in a thin branch of the big tree. Terry, with his ever glowing eyes, looked patiently while his master did his part of the job.

Terry was not the only one who hunted. But in the mornings, he had this valuable habit of proactively rushing to the bush and bring out something to eat. Sometimes he would bring a snake, a skunk, an opossum, and if they were really lucky, even a boar. This time of the year, though, a rat or a wild rabbit were the most common dishes.

Just as the days were beautiful, the nights could not get any better. Dark nights with a clear moon and a splendid, spectacular, roof of constellations were common in the summer. Coyotes howling at the emptiness, at the inexorable wilderness, would be, when they were spiritually tuned, the intros to a 60’s song that Thomas would start singing. The song for the night: Lou Reed’s Perfect Day.

Thomas would sit there, in a rusted rocking chair, near the old cabin. There he was, caressing Terry, enjoying the day’s blessings and living life and not regretting anything, and loving and protecting each other. Night is still night anywhere you go.

Terry was gone. Was it that late? He got up, and started whistling Terry’s tune. No dog could be seen. He went inside the cabin and took a pair of old, weary binoculars. No Terry at sight. Thomas then went to the well.

He started the ascension process. He was almost done when he heard a high-pitched bark and felt a strong push from behind. The bucket went down, and he turned around. Terry was home. And he brought no animal. An extremely emaciated, blue-grayish, severed head was just at Terry’s paws. The face lacked any reminiscence of humanity. Lips all gone, yellow, rotting teeth, a dried up tongue, two holes where a nose should be, and empty eye sockets.


...

jueves, 16 de julio de 2009

True Fucking Blood

Vamos a dejar algo claro desde el principio. No veo muchas series de TV. De hecho, no creo tolerar ver series por TV. Siempre las compro en DVDs y la mayoría de las veces, comienzo a ver la serie cuando ya hay dos o tres temporadas en dicho formato. Hay sólo dos casos en los que compré la primera temporada sin que existiera la segunda a la venta. Y esos dos casos son producto del enorme respeto y admiración que le tengo a una serie en particular: Six Feet Under. Esos dos casos son Dexter, quién es encarnado por un excelente Michael C. Hall (David, en SFU); y True Blood, nueva serie del creador de SFU, Alan Ball. Ambas series son excelentes en casi cualquier aspecto que merezca revisión.

Dexter
fue nominada al Emmy, como se esperaba. True Blood, sin embargo, fue totalmente ninguneada (a excepción de nominaciones menores).

La verdad no entiendo ¿por qué? No voy a compararla con las otras series nominadas porque simplemente no las conozco. Pero creo que cualquier persona, sobria o en drogas, puede reconocer la gran calidad de material que HBO nos receta semana a semana. HBO es ya una garantía de series de gran manufactura, cero inhibiciones y excelentes historias. Algunos ejemplos: The Sopranos, Rome, Six Feet Under, Entourage. Y con True Blood no desentonaron en lo más mínimo. De hecho, sin temor a equivocarme y confiando en la gran capacidad de Alan Ball, se han arriesgado con una propuesta que elevará los standards de sus futuras ofertas televisivas.

¿Qué hace a True Blood tan brillante? Todo, sin exagerar. Técnicamente es impecable, pero es la historia en sí, su temática y los seres que le dan vida, lo que realmente hace de esta serie algo muy especial.

La serie está basada en una saga de novelas llamada The Southern Vampire Chronicles, y está ubicada en el pueblo de Bon Temps, Louisiana. Los vampiros han "salido del ataúd" y tratan de mezclarse con la sociedad. Esto es posible gracias al desarrollo y comercialización de sangre sintética llamada TruBlood, con la cual los vampiros aseguran su buena nutrición sin riesgo para la sociedad. Entre la sociedad existen los tres lados: los pro-vampiros, los anti-vampiros, y los neutrales. Hay vampiros que respetan a la sociedad, mientras otros no pueden dejar pasar la comida orgánica. Dentro de la sociedad hay también una nueva "droga" que se ha puesto de moda: V, sangre de vampiro.

Dentro de este contexto, la serie sigue las andanzas de Sookie Stackhouse, una mesera con la capacidad de escuchar los pensamientos de la gente, quien conoce y de Bill Compton, un vampiro interesado en mezclarse con la sociedad. Sookie tiene una fascinación hacia estos seres que se acentúa en Bill, al descubrir que no puede escuchar lo que él piensa.

La historia en sí, suena bastante trillada. Lo es, sin duda. Mucha gente de hecho compara a True Blood con la vomitiva Twilight (realmente fue un esfuerzo poner ambos títulos en una misma línea). Las similitudes están ahí, sin duda. Sin embargo es su linea temática, lo que hace de esta serie algo que conecta con la audiencia. Obviamente, y como en toda historia, existe un subtexto mucho mayor que lo que se ve en la superficie. True Blood es una historia con vampiros, amantes, villanos, héroes, sexo, drogas. Pero es una historia sobre prejuicios, fobias, minorías y polaridades.

Los vampiros son una materialización de esos temas que
nosotros como sociedad tenemos inscritos en un consciente colectivo y ante los cuales hay una reacción inmediata. Es eso lo que hace que exista una verdadera identificación de la audiencia con la historia que se desarrolla en éste pueblo. La serie, capítulo por capítulo, se siente urgente.

Esta historia recae sobre los hombros de sus personajes. Todos y cada uno de ellos son de lo mejor que haya visto en cine o en televisión. Es que Alan Ball es un maestro. Pero lo más importante es que cada uno de los personajes que aparecen en esta serie son personas reales, vampiros o humanos. Existe esa sensación de multidimensionalidad, de profundidad, y autenticidad en cada persona que aparece en la historia. Todos tienen sus historias, tienen sus obsesiones, sus fantasías, y lo más importante: todos son imperfectos.

Esta última cualidad es algo que nos identifica con ellos, y hace que todos nos importen. La imperfección del hombre es algo que a todos nos atrae, engancha y obsesiona, porque al final de cuentas nos vemos reflejados. Es a través de esos seres imperfectos que nuestras propias luchas internas, como audiencia, se hacen relevantes y reconocidas. Asimismo, es a través de la lucha de cada personaje por ser mejor (porque ningún personaje es pasivo), que nuestras batallas personales toman sentido.


Si sufren de mi mismo mal (no tolerar el suspenso semana a semana, entre temporada y temporada) definitivamente, esperen a que salgan las temporadas 2 y 3 en DVD. En serio. No puedo enfatizar suficiente este punto. Si cualquier serie palomera como Lost o Prison Break te causa problemas al final de cada capítulo, True Blood te deja con una sensación de vacío y de necesidad pocas veces vista. La serie en sí es una película de 10 horas y media. Tal cual y sin exagerar. Cada capítulo arranca dónde el anterior terminó. Y cada capítulo termina en lo que se conoce como cliffhangers (esos momentos de corte a comercial, que te hacen salivar por ver qué sigue), muy efectivos y potentes cliffhangers.

True Blood es sin lugar a dudas una joya de la TV. Es necesaria, es divertidísima y muy entrañable. ¿Por qué no fue nominada al Emmy? No quiero hablar de más, tendría que conocer las demás series para ver si están a la altura. No creo.

Y no, no estoy de acuerdo... no tiene nada que ver con la innombrable. Es todo lo que esa MIERDA no pudo ser.

viernes, 10 de julio de 2009

Entre Caderas, Corazones y Divagaciones

No tengo idea por qué no puedo sacar suficientes palabras. Es más, no importa si son suficientes o no, pero sí tienen que ser relevantes... no tienen que ser relevantes, tienen que ser urgentes... ¡¿tampoco?! Quizás emotivas... no, eso implica precondicionarte, y eso implica deshonestidad... tienen que ser entrañables... pero mi entraña y tu entraña son diferentes... pero se complementan... te tienen que llegar al corazón... ¡¡¡Carajo!!! Puedo escribir para cine, puedo escribir para televisión, puedo escribir divagaciones, pero nada que te llegue al corazón. ¡No es justo! Quiero regalarte una canción, o mínimo un grito con algo de sentido... no puedo... ¿Cómo llegar a un corazón ingeniero? Es muy complicado para mi corazón caótico.

Aunque... calma... creo que lo escucho... late al ritmo de unas hermosas caderas; se exalta al oír la palabra Gaby; y creo que está algo robotizado... automatizado para bombear sangre extra ante tu presencia. Te metiste en mi sistema y lo modificaste irreversiblemente... ingeniero tenías que ser.

El título que hoy te dan es simplemente una certificación redundante a tu capacidad.

Lo único que no lograrás es hacer que mi corazón hable en código binario... lo siento, preciosa... los ingenieros no son tan chingo10101010101010101010101010101010101010101010101010101010101010
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...

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Gaby.exe needed

...

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¡Felicidades en tu graduación, cabrona! Estoy orgullosísimo de tí.



"Es una mujer bonita, la que anduve pretendiendo,
la seguí por ocho meses, y apenas me está queriendo.

Chaparra de mi amor,
no me hagas sufrir ya tanto"

-Ramón Ayala

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domingo, 5 de julio de 2009

Why?

I don’t know how it started. I love porn, like any normal guy. I used to hear things about it being addictive, and that there were this “porn-addiction therapists”. I never got it. Ridiculous, childish, stupid. Another fucking invention to bring paranoia.

Why mess around with sex? It is the most perfect relationship humans can aspire to. That bond, the sudden change of atmosphere it produces. Moods, context, crisis, depression, and the now famous “stress”. All those concepts are minimized almost to the point of extinction if you have a partner. A guy or woman that wishes to share a sexual encounter with you. It is perfect. Rosanna was perfect.


I love sex. Its infinite, hedonistic, magical, and animal values. When both souls share that moment, a strange scent fills the air. And those souls are naked, really naked. They stand side by side: human, vulnerable, and fragile. But sometimes, to some people, sex becomes something infinitely sick, hedonistically nasty, magically perverted, and devolutionary animal. Rosanna embraced sex.

I never understood the almost inherent repulsion to sex and sweat and flesh. People start giving other names to original, beautiful words. “Your thing”; “your private part”. Makes me sick. Penis, vagina, anus, breasts, semen, clitoris. People are constantly trying to dismantle, to castrate all these beautiful, noble words. Suddenly everything related to the coital act becomes dirty, shameful, and overwhelmingly evil. Rosanna was overwhelmed by my appetite.

I love sex, real sex. And real sex introduced its beautiful cousin to me. Her name: amateur pornography. I don’t know when I got into this. I’ve always been attracted to voyeurism. There’s some magnetism when it comes to open windows, open doors. I have to look inside. I’m not the kind of person that will repress any instinctive emotion or action. If they exist, there is a reason. There must be a reason. I’ve followed my gut and my instincts my whole life, and I don’t regret it. Rosanna was my whole life, and I regret it.

Someone enters your life, and something changes. Something primal, deep. I feel that it is a permanent, irreversible change. You leave a door or a window opened and the intruder, voyeurist, peeks in, and enters. But it was fine with me. And Rossana seemed to be ok with me. She seemed happy. Many women spend their days complaining about a fucked up sexual life. It is ridiculous. More ridiculous is a sexual free spirit like Rosanna to betray her essence. The fucking intruder came in, fucked you, and suddenly left. Just like that.

Now I remember. I don’t know why I couldn’t bring another woman to bed, ever again. Everybody looked at me really weird. I felt an outcast, a misfit, a leper. I never had any trouble seducing women. That was, I can say, my only real natural ability. I had the power to lure, to seduce, to entice. And Rossana left, and I guess my powers couldn’t stand the fact of losing her. They vanished.

And since then, every night, I would see myself alone, defeated in bed. And I would start jerking off. And my penis would stay flaccid. I would concentrate on her image, on those nights. But there was no contact, with no flesh there is no blood, and with no blood there is no hard on.

One day there she was, in my favorite bar. She never went there! Why the fuck would she come here!? Rossana’s right hand met a male hand that was not mine. The male hand made its way delicately, up her arm to her shoulder, then to the neck, and dived all along her back to her ass. That ass I had caressed, kissed, and adored just a couple of months back.

I was there just drinking my pain away. But I never had the balls to get up and talk to her. The beer cans became all kinds of weird words and symbols. The couple, Rossana and the guy of the hand, left. I paid and followed them.

They were touching each other as they walked. The motherfucker would not keep his hands to himself. But he didn’t know her, he didn’t know where she liked to be touched. I knew.

I watched the paint peeling off the walls, the roof, my skin started peeling off my body. Waves of cockroaches started invading the house, slowly first, massively later. I got used to share everything with them. Yeah I was not alone...

(TO BE CONTINUED)

lunes, 22 de junio de 2009

Látex

Y después de una borrachera tamaño Satanás en pleno centro de Vancouver los volví a ver. Una borrachera que, según yo, no iba a suceder debido a mi debilidad y falta de sueño. Era un viernes después de clases. Toda esa semana la había (sobre)vivido con ayuda del café, y en un constante estado de zombificación que no he entendido. Realmente no tuve una gran cantidad de trabajo, simplemente había algo en mí que hacía mis movimientos débiles y torpes y mi caminar lento y confundido. Había momentos en que simplemente me quedaba minutos perdido en un limbo blanco, azul, verde o negro de una pantalla de laptop.

Ok, después de esa borrachera tamaño Satanás en pleno centro de Vancouver los volví a ver. Y digo tamaño Satanás porque realmente lo fue. De hecho, todas las borracheras que se agarran en Vancouver en viernes son, irremediablemente, tamaño satanás. Si las obligaciones acaban a las 4pm o más temprano, a esa hora estamos en el bar que más se antoje pidiendo el primer pitcher. Esa noche empezamos un poco antes de las 4, en uno de los bares más baratos del área. Hubo de todo tipo de pláticas. Que si estábamos muy jodidos; que si todos necesitábamos dormir; que si nos vamos a Vancouver Island el siguiente fin de semana; que si hay compañeros hijos de puta mala vibra; que si soy socialista; y que si me inspiré en el Che para mi look. Son escritores, pero cómo hablan los cabrones.

Bueno, después de esa borrachera tamaño Satanás en pleno centro de Vancouver los volví a ver. Ya los había visto hacía algunas semanas, era o sábado o domingo, no hay de otra. Pero en un sábado o domingo me di cuenta que Vancouver era una ciudad de condones. Tal cual. Había condones por todos lados. Había uno rosa pegado en un barandal por el Waterfront, había otro amarillo tirado en la calle rumbo a una pizzería que me cobra $3.50 por dos rebanadas y una coca. Había muchísimos más tirados por los alrededores de Gastown, transparentes, podridos, frescos, rotos. Estaban en todos lados, como el Saba de Y Tu Mamá También. Pero hubo uno que me llamó mucho la atención. Estaba en la calle Melville. Se trataba de un condón amarillo muy intenso, que se veía como si se acabara de desechar, sobre la acera, con el anillo doblado hacia la calle, chorreando semen. El semen se colaba por una pequeña grieta en el pavimento. Se me hizo una imagen sacada de The Wall.

Entonces, después de esa borrachera tamaño Satanás en pleno centro de Vancouver los volví a ver. Ahí se develaban ante mí, en un camino paralelo al mío. Todo mundo caminando por el centro, pisándolos, pateándolos, arrastrándolos y suprimiéndolos. Ahí estaban, pero se movían. La gente los movía. No los dejaba establecer su colonia condonística. Entre esas calles en construcción los condones eran víctimas de incontables abusos.

Pero al doblar por
Melville no tuve opción más que pararme a admirar. De una grieta en el pavimento pegada a la acera, salía un delgado tallo verde que terminaba en una extraña flor. Sobre la flor estaba, limpio, sin molestar, un condón amarillo muy intenso.

sábado, 13 de junio de 2009

El Pinche Puto Crepúsculo De Mierda

No entiendo muchas cosas. Muchas películas que llegan a producirse son mierda, lo sé. No me sirve de nada quejarme porque desgraciadamente, muchas de esas películas son éxitos en taquilla. Luego entonces, la maquinaria hollywoodense empieza a adaptarse para seguir sacando mierdas porque... funcionan y el negocio resulta positivo. Es la misma historia de la oferta televisiva mexicana: novelas y reality shows. Pero bueno, mejor paro aquí antes de empezar con un post vomitivo sobre eso. No tengo la energía para escribir cuartillas y cuartillas. Vamos pues:

Crepúsculo. Sin exagerar, y sin el más mínimo miedo a equivocarme puedo decir que es una de las peores películas que he visto en mis 25 años de vida (y he visto demasiada mierda). Realmente creo que películas tan jodidas como: 13 Fantasmas, Pearl Harbor, Jackass 1 y 2, Spider Man 3, entre otros subfilms, se han convertido en verdaderas joyas al ser comparadas con la mierda crepuscular. La terminé de ver por dos cosas: primero, hay veces que no te hartas de mierda, y se va generando dentro de tí un morbo por ver más y más, eso me pasó. Y segundo porque estábamos leyendo una parte del guión, y se me hizo interesante la forma en la que estaba escrito: a manera de serie de TV. Pero es un asco. Y eso lo supe desde la secuencia inicial. Vomitaré y trataré de ser muy puntual:

La historia es una mierda. Hay un concepto muy chingón e interesante en la película pero está muy de fondo y no lo explotaron: el explicar la existencia de criaturas fantásticas por medio de leyendas de los nativos americanos. Pero solamente usaron esto como un paréntesis y, en lo personal, fue lo mejor de la película. La historia en sí es un cuento muuuuy homosexual, débil, maquillado, y sin chiste ni profundidad, de amor entre una humana y un vampirucho. Es una teen movie de vamp¡&()5. Y como la mayoría de las teen movies, es una basura y no propone nada. Y está de huevísima.

La fotografía es plana, y no saca provecho del fotogénico escenario rural del noroeste estadounidense. Logra muy mediocremente brindar la atmósfera de las distintas locaciones, pero simplemente en un plano cumplidor, conformista.

Los efectos. Simplemente no puedo creer que esto haya sido producido en el 2008. Los efectos que veo en los X-Files se sienten vanguardistas en comparación con lo que se ve en crepúsculo.

La dirección es simple y llanamente mala. No es mediocre, no se le quiera ayudar, es mala. No quiero saber, para no hacer corajes, cuánto costó la producción. Pero supongo que le invirtieron. Y la película se siente como está escrita: como serie de TV (mala, porque hay muchas muy buenas). Exageración en el uso de planos cerrados, actuaciones de lo más desesperantes y monótonas, bloqueo de escenas muy básico y aburrido, es lo que nos receta la directora cuyo nombre prefiero no mencionar.

Las actuaciones de todo humano que aparece en la película son demasiado acartonadas y débiles. Pero las actuaciones de los dos personajes principales son las peores de todo el cast. La vieja pendeja esa, que sale de humana con ganas de follarse al vampirucho ese, es una mierda. Es una actriz digna de haber participado en la basura mexicana llamada Hasta El Viento Tiene Miedo (remake). Su actuación es monótona (los reto a que encuentren alguna otra intención en su actuación distinta a la que le vemos la primera vez que le conocemos), aburridísima y no crea empatía en ningún nivel. Por mí, que se la violen los lobos, que su papá la rumbe a la calle, y que el pendejo del vampirucho güero ese la alcance, la chupe, la lleve a Point Pleasant y se la dé de tragar al Mothman. (Y por favor, que no llegue a Vancouver...)

El vampirucho ese mierda que ahora humedece la vagina de cuanta puberta y adolescente lo ve en la TV o en internet es, sin duda, el peor vamp¡&() en la historia. He visto aberraciones como John Carpenter's Vampires, y From Dusk Till Dawn 2 y 3, pero no he visto un concepto de esta interesante criatura que sea tan basura, cursi, artificial y pendejo como el del sex symbol ése. Cada cuadro en el que aparece, el puñetas piensa que está grabando un comercial de ropa, o algo peor. Su actuación va muy ad hoc, sin embargo, a lo que la otra pendejita propone.

¿Dónde quedaron los vampiros de verdad? Me dio mucha tristeza ver cómo la gente detrás de esta película desmadró el concepto. Pinches vamp¡&()5 metrosexuales, sin chiste, cursis, artificiales, planos... ¿Por qué atentan contra un concepto de respeto y de tradición?

En fin, crepúsculo es una pinche basura que qué bueno que no vi en el cine. Y qué bueno, lo digo abiertamente, que la bajé. Sí, cuidando mi economía, y yendo en contra de mis principios y demostrando que soy un pinche vato sin palabra, he empezado a bajar películas, aunque juro comprar todas las que he bajado. Y crepúsculo inauguró mi nueva y nada presumible faceta de ladrón de cine. No la vean y si la ven, ojalá estén de acuerdo conmigo. Si no, qué chingón... para eso son las películas, para que cada quien vea algo diferente en ellas. Pero si no están de acuerdo conmigo, aunque les respete su opinión, no les aceptaré ninguna recomendación de películas.

Les doy mi palabra.

viernes, 5 de junio de 2009

Weekends (O El Plagio Barato de Gang Bang)

Fridays, Saturdays, Sundays,
At night, always at night,
That precious, neon light,
I try and try, fail always.

In I go, out I’m not, rush,
It’s not a drug, it’s another kind,
It may be fate, may be my mind,
Out no more, I now just hush.

I’d love to say I’m sober,
It might not be the right word,
Or it might be, well it might not,
I’m here now, please don’t bother.

In trying, oh! In trying,
Great moments I’ve wasted,
If I could just not regret it,
Peace I might be finding.

So bring out the show,
Flesh and sweat and lights and magic,
No remorse nor guilt nor logic,
There’s no point in feeling low.

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Poema de 20 líneas (¿?) para clase Style en VFS

sábado, 30 de mayo de 2009

That Stench

I wasn’t sure of what had to be done. There she was, lying hopeless, vulnerable, like a gutted pig. Blood all over, and that stench. It was a mix of the smell of humidity, butcher shop, and that of the inside of a forgotten, old fridge. I’ve always appreciated the most exotic aromas. The most unpopular of them all. The most underestimated. I love to smell the old, leather-covered books; the fresh paint over cement; the smell of a skunk at the distance in the road, where it mixes with the unpolluted air, and the scent of herbs, and trees, and loneliness; the smell of my bed: virginal, dusty, old. It smells like my evolution. The dead layers of my skin now inhabit its surface. The other I’s.

Who was I? I know my bed stores my many lives. But I can’t recall any complete episode of my life. I just recall specific actions, frozen situations. I recall things just as photographs. Who was I at ten? What were my goals? What smells did I like back then? What did I like back then? I remember the exact moment in which, impulsively, I grabbed that girl Karla’s ass in the middle of the class. I was 17. What a beautiful ass. I remember every single detail about it. The wrinkles in her skirt, the way it adhered to her body so I could see that perfect shape. It was a squared skirt. Red, black, and white. It looks just like this one. Only that this one is a little larger. Karla used to wear short skirts. She knew anybody would kill to have her. Karla didn’t use a pink backpack either. And Karla had breasts. And Karla didn’t have braces. And Karla was beautiful. She looked like she would smell deliciously.

I can only imagine she would smell like this room. Sweet, strange, misunderstood. She could smell differently now. But I don’t think so. She was beautiful. The most beautiful of all humans must smell like this. A smell that has the power to inspire, to fulfill, to complete. Could it also have the power to redeem? To surprise? A smell like the one I’m inhaling, tasting, and feeling in this precise moment. A smell that could be described as a mix of skunk at the distance with unpolluted air, old books, fresh paint, loneliness, humidity, butcher shop, and the smell of the inside of a forgotten, old fridge.
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Short-Short Story para clase "Style" en la VFS.

miércoles, 20 de mayo de 2009

No Te Salves

Me enteré por ahí que Mario Benedetti murió. Me dispongo a rendirle homenaje publicando uno de sus poemas. En particular tiene un valor especial, pues me lo envió mi jefe en RT&A cuando me despedí de toda la banda. Creo que es genial y versátil.

No me declaro un ávido lector de Benedetti. Espero, sin embargo, conocerle mucho más.


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NO TE SALVES
De Mario Benedetti

No te quedes inmóvil al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca.
No te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer lo párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo.

Pero si
pese a todo
no puedes evitarlo,
y congelas el jubilo,
y quieres con desgana,
y te salvas ahora,
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo,
y dejas caer los párpados
pesados como juicios,
y te secas sin labios,
y te duermes sin sueño,
y te piensas sin sangre,
y te juzgas sin tiempo,
y te quedas inmóvil
al borde del camino,
y te salvas,
entonces
no te quedes conmigo.

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Espero les haya gustado y les incite (como a mí) a adentrarse en la literatura de uno de los grandes escritores latinoamericanos.

lunes, 11 de mayo de 2009

When The Music´s Over

¿Es que hay algo más triste que el fade out siniestro de una canción? Por eso Elvis es el rey. Supo llevarnos de un clímax melódico a una tristeza aguda para después llevarnos a otro clímax que raya en lo milagroso con su Suspicious Minds. También está el silencio abrupto de una canción. ¿Hay cosa más hostil y desesperanzadora? Está de más aclarar que hablamos de buena música, sea lo que sea que esto signifique para cada quien. Es como si nos robasen el viaje a lo onírico, al oasis, al blue bus, al yellow submarine, a la highway 61.

Hay pocas cosas que nos pueden poner en un estado mental tan agitado, tan primitivo, tan estúpido, tan iracundo, tan vulnerable, tan elocuente, tan articulado, tan oxidado, tan visceral, tan lúcido, tan completo. En las drogas hay uppers, downers y alucinógenos. En la música las posibilidades son infinitas.

Pero si se acaba una canción para dar paso a otra igual de excitante, entonces todo está bien. Si un disco recorre su natural trayecto entre vereda y vereda aunque no siga el camino amarillo, pero al final de cuentas llegue a la tierra de Oz, todo está bien. Cuando se acaba ese disco, sin embargo, vuelve ese sentimiento de vacío. Y entonces empieza la eriza.

Y luego llegaron los ipods. Y con ellos la música se vuelve un acompañante a veces anónimo, pero acompañante al fin de cuentas. Y te enganchas como nunca antes a su compañía. Es que esos aparatos sobrevaluados, de moda, grandiosos, te dan la oportunidad de tener una tangible banda sonora de tu vida. La banda sonora de tu vida, de tu caminata, de tu peda, de tu cogida, de tu cena, de tu escritura. La banda sonora de tu esencia. Y de repente, ante tus ojos incrédulos, Robson St. en Vancouver se convierte en una calle Nashvilesca cuando empieza “Cocaine Blues”; en una calle Madrileña cuando llega, furiosa, “Yo Me Bajo En Atocha”; y hasta en una calle del centro de Monterrey cuando se deja escuchar, sutil, urgente, embriagante, “Las Tres Tumbas”.

Cuando la música se acabe… apaguen las luces. Que el Armagedón no llegó como un incendio global, ni como una gran sequía, ni como un meteorito del tamaño de Texas estrellándose contra la Tierra. Es silencio.

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Fecha original de redacción: Lunes 4 de Mayo de 2009.
10:28PM

jueves, 7 de mayo de 2009

No Me Arrepiento De Lo De Ayer

He oído que la noche es toda magia, y que un duende te invita a soñar.

Un ser que está más allá del bien y el mal. Quizás es el espíritu de los grandes solitarios. El espíritu de los Allan Poes, de los Van Goghs, de los Sabatos, de los Travis Bickles… Es una criatura que no conozco, que no he visto. Pero ahí está. Lo siento. Sé que está a mi lado cuando duermo. Sé que huye de las bestias de concreto, fierros y vidrios de afuera para refugiarse a mi lado. Esas bestias que vigilan cada paso que das en su territorio. Esas bestias que te transforman. Pasas de contemplarlas a ser contemplado. Son celosas y son rencorosas. Y son magníficas y son terribles. El duende quizás se alimenta de ellas poco a poco. Como un parásito, se mete en las entrañas de cada una de las bestias y se alimenta de sus adentros.

Sí. El duende no huye de ellas. Las usa.


El duende, que es un noble solitario, me brinda compañía a partir del crepúsculo. Me deja solo, vagando, divagando y luchando durante el día. Y después, cuando cae la noche, es toda magia. Y realmente me invita a soñar.

Y al día siguiente a volver a vagar, divagar y luchar. Otra vez a ser observado por las bestias de concreto, fierros y vidrios. Les das la oportunidad de dominarte. Sabes que, en ese momento, alguien trabaja a tu favor.

Y sonríes por dentro. Y los semáforos se ponen en verde. Y la mejor rola para ese momento específico de tu día se empieza a escuchar. Y el duende, solo, trabaja a tu favor. Y tienes el recuerdo clarísimo de los sueños de la noche anterior como prueba sin contrincante.

Y te sientes tan fuerte que piensas que nadie te puede tocar.


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Fecha original de redacción: Jueves 30 de abril de 2009
10:50PM

martes, 5 de mayo de 2009

Arrival, Acceptance, Income

Un extraño paisaje llenaba mi campo visual. Una mezcla de ríos, montones de tierra, montañas con cimas nevadas y el Pacífico extendiéndose rumbo al Japón, Alaska y demás lugares exóticos. Después se acabó la vista panorámica para dar paso a una jauría de árboles y pinos que avanzaban ferozmente hacia la izquierda, en primer plano. Unas tímidas casas también se dejaban ver. Pero la velocidad era constante. Golpeteo.

Inmigración. No tengo manera de demostrar que me puedo mantener en Canadá por un año. Me lo advirtieron durante todo el proceso. Sabía que era una de las cosas que más le preocupaba al gobierno canadiense. Letter of Acceptance, Proof of income. ¿Qué tan difícil es recordar ambas cosas? Para un pendejo que ya se veía haciendo cine en Canadá, tratando de ver si Halle Berry se lo llevaba a la cama aunque estuviera peda, que se veía construyendo algo en otro país… Mucho.

Como cosa hecha adrede, la fila era relativamente corta. Lo que más quería en ese momento era tiempo para pensar qué carajos decir si me preguntaban por el comprobante de ingresos. No lo había. Sí, sí lo hubo. Pero tuve demasiado tiempo. Suficiente como para llegar a varias posibles respuestas; llegar a creer que ninguna de ellas funcionaría; imaginarme regresando a Monterrey con la cola entre las patas y decirle a mi familia y amigos: “me voy hasta junio… me retacharon” para acto seguido, agarrar el pedo; encontrarme de repente agarrando a putazos al pinche koreanito con aliento mierda-oliente que se encontraba justo en mi retaguardia; verme tal cual en un aula de la VFS con una sarta de vatitos tres años menores que yo, mínimo, poniéndome en mi madre, y yo gritándoles “Nos vemos en un diplomado en México ¡pinches culos!”.

Proof of income. Regresó con una fuerza desmedida. Con una fuerza que emanaba de la claustrofóbica gran sala con una fila que ahora se me hacía eterna. Desde que me había formado habría avanzado unos cuántos espacios de humano, a lo más. Mínimo me queda una hora y media más en esta fila de vatos con ojos rasgados. No tengo nada en contra de ellos, pero es que el pinche koreanito que estaba atrás de mí no era la mejor introducción a los orientales. Proof of income. Mis dedos empezaron a humedecer la bendita Letter of Acceptance que sí traía. Puta madre.

Minutos. Hora y media. Proof of income. Dos horas. Dos horas y media. “Next, please”. En la madre. ¡¿Cuáles eran las posibles respuestas?! ¡Chingado, quiero regresar al lado del pendejo koreanito con aliento versión flatulencia! “So, why Canada?”, me preguntó un asiático-africano-francés-raro que era como un Alfonso Zayas región uno. “Well, why not? Right?” Pendejo. Pendejo. Puñetas. “Mmm, what are you studying?”, replica Alfonso-Pierre-Zayas-Lee-Murphy. “Writing for Film and TV at VFS”. “What is VFS?” Putamadre. “Anyway, do you have your L-E-T-T-E-R--OF--A-C-C-E-P-T-A-N-C-E-!-!” Lentamente, sin quitarle la mirada fija al vatito inclasificable de enfrente, saqué la Letra de Aceptación. “There ya go…”. “It´s ok, just wanted to make sure you had it…”


STOMP.
STOMP.
STOMP.

“Welcome to Canada, Mr. Mendez. Hope you enjoy Vancouver.”

Un día chingonsísimo afuera de ese lugar del demonio, me recibía. Un taxista amargado con el mundo me llevó a mi depa. Entre más me adentraba a la ciudad más me convencía de que todo, incluso el nerviosismo y el temor pre-vatito pseudohumano, había valido la pena. De las compras no hablo. Mañana le daré la oportunidad a esta ciudad de reivindicarse. Mierda. “Welcome to Canada, Mr. Mendez…” Hasta me la creo, no mames.

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Fecha original de redacción: Miércoles 22 de abril de 2009.
11:30PM

domingo, 19 de abril de 2009

Intermission

Y después del sol a plomo, de los cerros, del olor a cañería, del cabrito, de las INDIO, de los Camel Natural Flavor, de los muchos municipios homónimos, de los emprendedores de cruceros, de los cirqueros de la calle, del norte tercermundista y el sur elitista, del olor a elote tatemado, de la doble moral, de las calles con nombres de supuestos héroes y payasos de nuestra historia...

Después del bajo sexto, del acordeón, de las cantinas eterna e inverosímilmente bohemias, después de las mujeres que incitan y no cumplen, de las mujeres que cumplen pero no incitan, de las mujeres que no son mujeres, del acento golpeado y hostil, del odio de los foráneos, de una ciudad poco caminable, de iglesias cada tres manzanas, de mamones, de fresas, de chúntaros, de riños, del semidesierto, de las ejecuciones, de los accidentes de auto causados por la lluvia, de las microcasas para familias numerosas y macrocasas para parejas pedantes...

Después de tantos días, semanas y algunos meses acunando el viaje, la experiencia, y el reto del exilio. Ahora heme aquí, a medio camino, en un lugar que no es ni anglosajón ni hispanohablante, extrañando el sol a plomo, los cirqueros de la calle, las INDIO, el semidesierto, las calles con nombres de héroes y payasos, la doble moral, los Camel Natural Flavor, el odio de los foráneos... ... ...

martes, 7 de abril de 2009

Los Cuerpos

Yeshua bar Yosef
Maria
Yose
Mariamne e Mara
Yehuda bar Yeshua

5 nombres que retumban y causan sensaciones en los creyentes y no creyentes. Una tumba que se descubrió al cimentar la obra de unos departamentos. Unos cimientos materiales que hacen temblar a cimientos espirituales.

Jesús hijo de José
María
José (Yose era un diminutivo cariñoso para los Yosef)
María (en griego) Maestra
Judas hijo de Jesús

5 osarios, entre otros, descubiertos en una tumba familiar en Jerusalén en 1980. La tumba data del siglo I. Los cristianos dicen que los nombres son muy comunes en el pueblo hebreo. Los científicos e historiadores, dicen que en efecto, son comunes, mas no es común la combinación de todos ellos en una misma tumba familiar.

Puede ser. También puede no ser. Puede acabar con la fe de muchos. También puede fortalecerla. El documental "The Lost Tomb of Jesus" es importante porque no es para fanáticos ni para escépticos, es para todos; es urgente porque vivimos en una generación en la que tenemos que luchar por encontrar cosas que despierten los vestigios de capacidad de asombro que aún tengamos; y es interesantísimo porque los testimonios que vienen de todos los frentes se sienten sólidos y válidos.

De Mariamne e Mara, no hablo. Ya Dan Brown y Hollywood se encargaron de pisotearla vulgarmente.

Por mi cuenta, siempre me ha caído mejor el Jesús aterrizado. Me llevo mejor con Willem Dafoe en "The Last Temptation of Christ" que con el "fruto divino de su vientre, Jesús". La biblia es demasiado turbia (lo que no le quita lo interesante) y manoseada por autoridades eclesiásticas como para considerarla palabra del señor y menos aún, la prueba irrevocable del Jesús histórico.

Además ya he configurado a mi "Jesús Personal".

miércoles, 1 de abril de 2009

Gran Torino

¿Qué los trae por acá, cabrones?

No tienen vida. Han dejado todo anhelo. Han dejado toda ilusión en el camino. Sí, seguramente. Pinche gente sin ambición. Eso es lo que ha hecho de este país una mierda. Pero ya que están por acá, les hablaré de una película. Sí, de una película, culeros... al que le guste, bien. Al que no, vaya muchísimo a la chingada. Pinches ignorantes, incultos de mierda.

Gran Torino es la película. Igual es el título de ésta entrada. Es una película que no tiene madre (punto)

Clint Eastwood... sí, el cabrón del que ya he hablado en mi poco prolífico bloggeo. ¿Ya se van a poner a críticar, cabrones? Déjense de chingaderas y sigan leyendo, o rúmbenle, me da igual. Bueno, ese pinche anciano lo hizo de nuevo. Pinche película (su segunda del 2008, aunque aquí nos hayan llegado ambas ya empezado el 2009) es de lo mejor que he visto en un buen rato. De nuevo nos enseña que el clasicismo, la economía de estilo, el simple lanzarse a contar una historia es lo que importa y lo que hace la diferencia. El vejete ese hace películas que resultan ser muy originales de tan clásicas que son. Es el viaje de lo circular. Ese viaje en el que uno, entre más busque estar alejado de su opuesto, se convierte en él. Clint Eastwood es simplemente eso. En una generación en la que lo tarantinesco, lo MTV style, entre otras maneras rebuscadas y "originales" de hacer cine han invadido las salas de exhibición, éste viejo les mienta la madre y hace cine de acuerdo a su edad.

Sí, ya sé que se nota lo subjetivo en mi pinche redacción chafa. Ya sé que se nota que mamo al pinche viejo. Si tienen algún pedo, rúmbenle... desde cuándo les dije que se largaran si querían y aquí siguen.

Para los tercos que siguen conmigo, continuemos. La película trata sobre un malhumorado, tradicionalista y racista veterano de guerra (Clint Eastwood) que no tiene buena relación con su propia familia y que, sin embargo, entabla amistad con sus vecinos imigrantes. Me vale madres lo chafo y débil que sea mi sinópsis. ¿Quieren que les cuente toda la historia? Vayan a verla y luego nos partimos la madre en verborreas, como diría un compa verborreador.

En serio, bola de palomeros, efecteros, tarantineros, antiwesterneros, anticlinteastwooderos. Vayan a ver éste film. Sin lugar a dudas les parecerá interesante, a lo menos. Creo, sin temor a equivocarme, -y aunque sé que los Oscares no tienen una buena reputación (aún así... los sigo viendo)- que ni "Duda" ni el pendejo de "Benjamín Botones" tienen nada que hacer al lado de ésta obra maestra.

No profundizaré en detalles técnicos ni estéticos, porque están de más. Es una gran historia y no hay más, se chingó. Lo único malo de ésta pinche película se llama Cinepolis VIP Galerías Valle Oriente. Pinche cine tercermundista... y ya sé, cabrones, que somos de tercer mundo. Ya sé. Pero no la chinguen. Ganan un chingo de billete. Por la culpa, -entre otros- de las exhibidoras y su pinche agandallamiento de la lana en taquilla, es que no tenemos industria del cine en México. Y con todo y eso no pueden contratar a un proyeccionista que sepa su jale. ¡No la chinguen! No vi el final. Faltaban escasos 10 minutos para el final. Estábamos rumbo al clímax. Se trata de una película que no tiene los clásicos ups and downs. Se trata de un constante cúmulo... se va llenando... va cuajando... y todo lleva a su clímax único. Exacto. Clímax puro.

La película está chingonsísima simplemente porque tanto su director como su protagonista es un pinche MAESTRO. Le guste a quien le guste y chingue a su madre al que no.

Y voy diciéndolo de una vez, por más enfermo que parezca, que si el pinche Eastwood no se muere pronto (espero realmente que no), puede quitarle a Scorsese su trono de el "cineasta americano (perdón... gringo) más importante en la historia".

Pinche culero. No quiero que se muera. Tampoco quiero que deje de hacer películas. Pero que le baje de huevos. Con Scorsese no se mete. Porque al chile, aunque ustedes, hijos de la chingada, puedan estarme juzgando por "lameculos" no puede alguien de repente.............................................
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.....¿Verdad que se siente ogete?


Pinche Cinépolis VIP Galerías Valle Oriente.

Pero llegará el día en que Walt Kowalski venga a incendiar todo ese pseudo-exhibidor de mierda.

Mierda...creo que me ha poseído...
...

...

viernes, 27 de marzo de 2009

Y Al Final...

No sé que más platicarte cabrón. Ya recordamos todo... ya reímos juntos... espero que te hayas reído. ¿Qué más da de qué platiquemos? ¿Es que acaso necesitamos platicar? Cuántos silencios pasamos juntos, ¿te acuerdas? Horas y horas frente a la tv apagada; frente a las manoseadas fotos que habíamos visto unos minutos antes; acostados, solamente mirando el techo. O mirándonos. Pero el silencio. Qué raro, ¿no? Yo avisé a toda tu familia de este suceso. Avisé a toda mi familia. Y no vino nadie. Bueno, la verdad es que escoger el miércoles no fue buena idea. Pero pues ya... ya se hizo y ahora simplemente a vivirlo. Porque lo estás viviendo, ¿verdad? Lo estás sintiendo. Sí. Seguramente lo sientes. Te ves hermoso, eh. Simplemente eres perfecto. ¿Te acuerdas de la vez que mis sobrinas se peleaban porque cada una pensaba que su respectivo novio era más guapo que el de la otra? ¿Te acuerdas? Y que les dije ya no se peleen cabronas... el más chulo es poncho. ¿Te acuerdas de sus caras? Qué curioso. Y eso que eran las... ¿cómo les llaman? A esas personas, ´mbre... esas personas que les vale madre... que aceptan más cosas... open mainds... ¿verdad? Sí, así les llaman. Se suponía que para el año 2000 iban a haber naves que volaban en vez de carros, y robotinas, y cosas de esas... ¿te acuerdas de los supersónicos? Andaban muy mal. Si hoy por hoy, 2009, no existe ni siquiera la tolerancia... qué chingaos iban a existir naves y robotinas. Pero ¿para qué queremos robotinas, no? ¿A poco no te acuerdas de cuando trapeabas? y que sigilosamente yo esperaba a que terminaras las escaleras para subir corriendo por ellas echando a perder todo tu esfuerzo. Lo hacía porque sabía que te encabronaba realmente. Y sabía que unos simples gritos no bastaban. Me tenías que perseguir y enfrentarme. Tener contacto. Me tocabas. Y luego se te quitaba lo enojado. Me abrazabas. Y ese rojo en tu cara. Ese rojo coraje se convertía súbitamente en rojo sexo. ¿Te acuerdas? Qué cosas, ¿no? El contacto. Putamadre. Lo que lograba el tacto. El sentirnos.

¿Y ahora?

Tu gris no puede cambiar. Es gris y ya.

¡Maldito cristal que nos separa!

Quítenlo.

Necesito tocarlo.

Puedo cambiarle el gris. Sé que puedo cambiarle el gris.

¡Quítenlo!

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"Y al final,
te ataré con todas mis fuerzas,
mis brazos serán cuerdas
al bailar éste vals..."

- Enrique Bunbury
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Dedicado a:

MAMUTH
q.e.p.d.

y

ELÍAS


lunes, 23 de marzo de 2009

Y Jamás Flaqueó

Entré por el acceso G de la siempre inédita Arena Monterrey a eso de las 9:15pm. Pinche Bunbury. Y yo que tiré a león aquella cosa de la "puntualidad". ¿Existe la puntualidad en los conciertos de rock? ¿De cuándo a acá? Sepalamadre, la neta no me considero conciertero. Pero el hombre delgado ya estaba en chinga cante y cante y rockeaba... y rockeaba fuerte con su "Señorita Hermafrodita". 5 minutos me tomó chingarme ese cigarro de preludio que siempre me echo. 5 minutos que significaban ver el intro y escuchar su versión rocker de "El Club De Los Imposibles". Y todo por respetuoso de la ley antitabaco. Venga la anarquía tabaquista, dijo mi compa al encender un camel dentro de aquel templo Bunburiano. Venga pues.

Y entre cigarro y cigarro sin que nadie nos molestara, escuchamos grandes himnos. Pero Bunbury en su performance y producción había dejado de lado lo burlesque, lo cabaretero a lo que después de jabs, ganchos, uppers y volados, nos había dejado totalmente noqueados y sorprendidos de todos esos ritmos y arreglos inéditos para muchos. Regresó al rock. Pero ojo, Bunbury no se está repitiendo, pues después de Héroes, fueron contadas (por no atreverme a decir nulas) las casiones en que nos recetó rocanrol puro. En esta ocasión y con motivo de su nuevo disco "Hellville De Luxe" nos asaltó rocanroleando. Realmente nos sorprendió. Y mucha gente que anhelaba escuchar algo siquiera similar a "Héroes del Silencio" en el Bunbury como ente independiente, ahora sentía nostalgia por el cabaret. Otros, como nosotros, nunca extrañamos nada porque al final de cuentas nunca esperamos algo en particular. No sabemos con qué saldrá en su siguiente disco, presentación o proyecto.

Poca elocuencia. Una versión de "El Extranjero" tipo Plaza de Mayo. Monterreginos y Monterreginas (¿?). Ninguna canción de "Héroes del Silencio" (más que "Apuesta por el Rock And Roll"). Un simbólico "caballito para todos". Cerrar el concierto con "El Tiempo de las Cerezas" y no con "Y al Final". 9,000 humanos, según cifras oficiales.

Todo esto fue parte de un concierto que quedará grabado tanto en el mismo Bunbury como en los 9,000 cabrones que ahí estuvimos. Fueron los restos del naufragio. Y es que insisto: este cabrón trae el viaje Dylaniano de jamás repetirse.

Bunbury se presentó con su nueva banda de rock. Lejos se ven los días en que el buen "Huracán Ambulante" lo acompañaba con esos exóticos sonidos que te hechizaban. Lejanos se ven también los movimientos de cadera, las plumas, los flamingos, el mariachi Domínguez, el performance bunbury-meets-the-rocky-horror-picture-show.

Pero eso es parte del viaje. Creo que Bunbury siempre ha estado en constante cambio. En constante movimiento. En constante exploración. Es extranjero. Es infinito. Y todo está tan lejos de la tristeza que casi la toca. Todo eso es parte del viaje a ninguna parte del hombre delgado que no flaqueará jamás. Hasta ahora lo ha cumplido.

Que tenga suertecita.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Una Luz Silenciosa Se Asoma Por El Lake Tahoe Del No-Japón, En El Que No Hay Temporada De Patos Ni Mucho Menos Batallas En El Cielo...

Fernando Eimbcke sorprendió a muchos (incluyéndome) con su ópera prima "Temporada de Patos". Una película que trataba sobre muchas cosas y a la vez sobre absolutamente nada. El estilo minimalista de Eimbcke quedó marcado desde dicha película. Planos sobrios, edición muy ligera y hasta cierto punto plana, actuaciones sorpresivamente buenas, y un ritmo y tono muy efectivos, son elementos que nos recetó en su momento éste director. 

En el 2004, cuando se exhibió el film, voces de gente importante en la cinematografía mexicana y mundial, como Del Toro y Cuarón, no dudaron en alabar la manufactura y narrativa de esta cinta. Poco tiempo después, la película confirmó su buen recibimiento por la comunidad cinematográfica nacional al llevarse 11 arieles incluyendo mejor película, dirección, guión, actor y actriz, entre otros.  

Ahora nos llega su segunda, y personalmente anhelada, película: "Lake Tahoe". El film sigue el mismo camino ya trazado por su antecesora: minimalista; de ritmo lento; edición sencilla, nada rebuscada; y actuaciones decentes. Pero es imposible dejar de sentir cómo Eimbcke pretendió estirar todos los elementos de su estilo. Llevarlos más allá. Y ese "ir más allá" significa irremediablemente el hacerle guiños al cine del mexicano favorito de los franceses: Carlos Reygadas.  

"Lake Tahoe" cuenta la historia de un joven quien al salir a pasear en el coche de su papá, choca. Toda la película narra las vivencias por las que pasa este joven para arreglar el coche sin que sus padres se enteren. Vivencias pintorescas por las que nunca hubiera pasado de no haber ocurrido el accidente. Y un accidente que deja de ser menos casualidad y mucho más una causalidad. Todo esto en una narrativa, como ya se dijo, menos Eimbckeniana y más Reygadesca.  

Y es que, aunque Fernando Eimbcke haya desarrollado desde su primera película una historia en la que sus elementos se mezclan de manera básica pero coherente y efectiva, nunca dejaron lo "convencional". Nunca se sintió una película avant-garde. Es decir, su valor y originalidad estaban más en el fondo (temática muy íntima y cotidiana) que en la forma. Y de todas maneras, ni fondo ni forma, rayaban en lo vanguardista. "Lake Tahoe" intenta cuajar las mismas fortalezas en el fondo y ser cine de vanguardia en su formalismo. Ninguna de las dos cosas se logra.

"Lake Tahoe" es una película que intenta consagrar esos momentos cotidianos y "sin relevancia" en el imaginario del espectador de la misma manera que "Temporada de Patos" lo logró años atrás. El ritmo es lento porque así pasa la vida en un pueblo. También es lento porque en el interior del protagonista hay demonios por exorcizar. Y cuando los demonios te invaden las entrañas, la vida es todo, menos rápida. 

Esta operación de personaje + contexto = ritmo lento, es la fórmula que le ha valido a Reygadas sus 3 largometrajes con presencia en Cannes. A esta mezcla se le agrega una variable que no sabría como incluirla matemáticamente (se aceptan tips por parte de ingenieros, economistas, o cualquier persona que se viaje con los números). Esta variable son los actores y su trabajo. En el cine de Reygadas las actuaciones son hasta cierto punto acartonadas, planas. Pero eso le da al espectador la oportunidad de no dejarse seducir por nada que pueda distraerlo del TODO. Eso mismo lo intenta Eimbcke en su película. Pero fracasa. 

La belleza y extrañeza de los personajes de Reygadas recae en el hecho de que no son personas conocidas, o mejor dicho, son netamente no-actores. Eimbcke tiene como protagonista a Diego Cataño, moko, el protagonista de su ópera prima. Simplemente, esto rompe. Está forzando a un actor casi casi a no-actuar. Fracasa.

La película es interesante y tiene algunas fortalezas. Como en todas las obras, el mejor juez es el espectador, no ningún crítico mediocre ni mucho menos un blogger amateur. Sin embargo es imposible no reconocer esos guiños a otro cine que está más allá del bien y del mal. Y se quedan simplemente en eso: guiños.