miércoles, 12 de mayo de 2010

Como Un Jueves De Verano

Abrí la puerta mientras la voz desgarradora de Townes Van Zandt se encargaba de infiltrarse en mi sistema. La música y su voz me poseían por una extraña ruta que incluía un reproductor-de-música-digital-cuyo-funcionamiento-me-sería-imposible-explicar, cables, finos recubrimientos de plástico y auriculares.

"Her face was crystal
Fair and fine
Her breath was morning
Her lips were wine
Her eyes were laughter
Her touch divine
Her face was crystal
And she was mine"

Los espacios que veía me eran tan foráneos. ¿Has tenido alguna vez esa extraña sensación de que todo lo que debería ser tan familiar se vuelve de repente, sin aviso alguno, tan desconocido? Había en el ambiente un fino olor a guiso. -el guiso que ella hacía y cuyo aroma me recordaba lo fácil que es llorar por una ausencia que puedes oler.

Los ojos se embriagan de esos lugares que solíamos compartir. Esos mismos lugares que se sienten tan extraños por sin ella. Es tan jodidamente intolerable una ausencia que te restriega en la cara su inexorable recuerdo. Pero no la escucho. La puedo oler, la puedo imaginar como un fantasma que me acompaña en mis desvelos y excesos. Ese fantasma hermoso que vigila hasta los pensamientos más turbios y los más bellos que puedan detonar eléctricamente en mi cerebro.

"If only she
Could hear my songs
'bout the empty difference
'tween the rights and wrongs
Then I know that I
Could stand alone
As well as they
Now that she's gone"

Pero no la puedo oír. Veo la pasta de dientes destapada a un lado del lavabo. Esa jodida pasta que provoca un caos que ella convertía en orden. Casi instintivamente miro al espejo esperando verla reflejada, y ansío escuchar sus regaños por no tapar la maldita pasta -esos regaños que me ahogaban en invierno y me ponen nostálgico en verano.

"So like a summer Thursday
I cry for rain
To come and turn
The ground to green again"

Mi guitarra me observa, olvidada, triste, desgarrada.

La estufa se siente abandonada, inútil, jubilada.

Los cigarros, confundidos, no hayan lógica a su vida prolongada.

La casa deviene en limbo cuando el alma que la hacía habitable emprende la retirada.

Y mientras bebo y escribo, Townes Van Zandt con su "Like A Summer Thursday" te deja una daga en el corazón clavada.