lunes, 18 de enero de 2010

Regresiones

¿Te acuerdas de aquel anciano de mirada nublada? Aquel viejo que tartamudeaba cada que te nombraba. Aquel señorón cuya piel arrugada te enseñaba, centímetro a centímetro, una historia llena de luchas, alegrías, frustraciones, amores, bosques, mares y frutos. Aquel viejo que alguna vez fue joven y al que tomaste de la mano para apoyarte y no caer. Ese hombre que al menos en alguna ocasión consideraste tu héroe. Al que a veces no veías durante el día, y simplemente te resignabas a soñarlo durante la noche.

Esa persona amable y tierna, a la que ignoraste la mayor parte de tu vida. A la que negaste. ¿Te acuerdas cuando ibas a secundaria, o prepa? ¿Te acuerdas cómo te sonrojabas de pena... PENA... porque tus amigos te vieran al lado de aquel gran hombre? Ahora sólo te queda recordarlo, y lo lloras, platicas de él, quisieras tomarlo de la mano y que todos te vieran a su lado.


Pero esas joyas son perecederas. Las cosas que importan, que valoramos y a las que más nos aferramos están destinadas a dejar de existir físicamente. Y tú eres un excelente ejemplo de esta eterna ironía. El humano como eterno adolescente, que no sabe lo que quiere, y nunca aprende a valorar. Qué historia tan triste la del padre que siempre está ahí para sus críos, incluso cuando esos críos no quieren saber nada del padre. Es un camino "natural" muy injusto y muy duro. Porque son las personas a las que sólo les quedan sus canas, sus arrugas y su laberinto de memorias aleatorias y fantásticas, las que al final se quedan solas.

Y veo a los viejos. Aquellos hombres tras cuya mirada nublada, se esconden gritos desgarradores que claman por compañía... por la no-anulación. No quiero ni imaginarme los recuerdos, reproches, lamentos y llantos, que se guardan en su lecho de muerte, cuando están rodeados de rostros y siluetas que ahora batallan en descifrar. Han de llorar en silencio. Llorar tras un semblante de paz.

Y tú, como parte de esas caras indescifrables e irreconocibles, sólo observas con incredulidad como algo que parecía eterno, se agota pausadamente, al ritmo del temblor errático de sus manos. Y es en esa ironía final cuando, si prestas atención, podrías escuchar un susurro espectral, lleno de calma, que te dice: "me has tenido durante años... ya no te tortures... tómame la mano y estaremos en paz."
______________________________

A mi padre,
""""""
Dijo Leonard Cohen que
"la poesía es la evidencia de la vida; si tu vida arde bien, la poesía son las cenizas"

Nunca te he negado, nunca me has apenado, siempre te he admirado.
Pero no puedo dejar de sentir que te debo tanto.

Ojalá que no existan momentos finales cargados de culpas o reproches.

Te amo, te respeto, y agradezco todo lo que has sacrificado por tus hijos,
las cenizas de tu vida, los poemas de un idealista y soñador.

5 comentarios:

  1. :D me encanta tu reflexión
    es verdad los padres hacen todo pero TODO por que nosotros seamos los mejores. Y en secundaria los evitabamos a toda costa pero uno crece y se da cuenta que un buen padre vale por 1000 maestros.

    Por cierto mi padre me cantaba y tocaba la guitarra cuando era pequeña, lo disfrutaba y disfruto tanto. Me hizo comprender que la música es mágica porque puede dar nombre a lo innombrable y explicar lo desconocido.


    PD: eres hno de Lucero? es que hizo promoción de tu blog en facebook jajaja, Helena le envía saludos

    ResponderEliminar
  2. jajaja Helenitaaaaaa...si si es mi hermano :)

    ResponderEliminar