martes, 5 de enero de 2010
Un Inicio De Cero
Las historias en la cabeza golpeteando azarosamente durante el día, las historias en la cabeza que logran salir en los momentos menos indicados, el confiar en mi memoria y que mi ADD no me fastidie la oportunidad de vomitar sobre el teclado todo lo que tenga que vomitar, siete años de relación amorosa ininterrumpida, la oficialización de esa relación, el soporte y estímulo necesario, las musas.
El honor de tener personas a mi lado a las que los ignorantes llaman locos pero que son genios, las borracheras con mis hermanos de sangre, las borracheras con mis hermanos elegidos, las películas mediocres, las películas basura, las películas chingonas, las películas con alma, las películas desalmadas, las películas que te desgarran el alma, un nuevo país, una nueva ciudad, nuevas personas, reencuentros.
Y siguen las borracheras y las crudas y de nuevo estoy frente a la laptop con mis dedos nerviosos y titubeantes y todo empieza otra vez de cero.
viernes, 20 de noviembre de 2009
El Hombre Que No Ha Conocido A Nacho Vegas
Creo que son pocas veces en la vida que uno se enfrenta a revelaciones de cualquier tipo. En este caso la revelación ocurrió hace rato... y fue musical. Especialmente en una generación como la nuestra, en la que por más que se le quiera etiquetar es inetiquetable simplemente porque no hay identidad cual ninguna. En esta crisis generacional que roba, que pide prestado, o que simplemente refritea manifestaciones culturales del pasado, a veces el cantautor (para mí, combo necesario), sale a flote con un estilo frankensteinianamente único.
Ese cantautor, salido de los inframundos de nuestra generación, no es Mexicano ni mucho menos gringo... es de la tierra de Sabina y se llama Nacho Vegas.
Lo escuché primero en alguna peda junto a mis tres hermanos. La canción: Gang Bang; el disco: Freak Show, de Enrique Bunbury. ¡¿Neta?! Acordeón, vals, lo burlesque, el neón, la noche. La canción era a duo con Enrique Bunbury, al que también creo un monstruo totalmente subestimado.
Y ese contraste de voces y su perfecto acomodo en las estrofas fue estrujante. Fue un sentimiento parecido a la primera vez que escuché Esa Noche de Cafe Tacvba, pero también a la primera vez que escuché a Regan hablar con voz endemoniada en El Exorcista. Era ese yo interior de un personaje muchas veces visto en grandes películas. Quedándonos en la comparación con películas... Gang Bang es Music Noir.
Nacho Vegas es como el hijo perdido de Chavela Vargas. Mientras ésta llora y sufre sin tapujos, a carne viva, en un folk Mexicano sutilmente profundo, Vegas reprime el grito y su voz sale como un llanto leve... como un lamento espectral de noche, a la distancia, que está ahí por el simple hecho de lo inevitable... para ver quién escucha.
Nacho Vegas es folk. Es regresar a la música por urgencia. No es música ornamental. Tiene de trovador lo que Sabina tiene de rockero. Su disco compartido con Enrique Bunbury, El Tiempo De Las Cerezas, es una obra de arte de lo bohemio, lo cabaretero, la pena, el alcohol... la noche. Un hermano dijo, muy pedo ya, que éste disco es tan especial y único, que si pones a Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band al lado, no sabes a cuál irle. En ese momento le dije que fuera más mesurado en sus palabras... pero los borrachos y los niños siempre dicen la verdad, y mi hermano es ambas cosas.
Vegas es tan especial y tan cojonudamente crudo que resuena en diferentes fibras del humano, haciéndolo brillar con luz propia y nunca siendo eclipsado por nadie.
Una de las cosas que me llama mucho la atención de Nacho Vegas es que sus canciones, como las de Sabina, Cohen, Dylan y Pink Floyd, son películas en sí solas. Cuentan historias, y entre tres y cinco minutos, te llevan por una montaña rusa emocional que pocos artistas logran hoy en día. Y lo más fuerte de esto, es las personas con las que se podrían identificar dichos monstruos mitad canción, mitad película.
Nacho Vegas llega a las pasiones humanas desbordadas como Cronenberg y Aronofsky en la misma Gang Bang y en Canción De Isabel; llega a los mundos sexual y espiritualmente violados como Almodóvar en la grandiosa Historia De Un Perdedor y la alucinante Mi Marilyn Particular; llega a texturas humanas muy profundas, maquilladas por una capa exterior muy fácilmente confundida con banalidad, al igual que Billy Wilder, en canciones como El Cazador, y El Hombre Que Casi Conoció A Michi Panero.
A Vegas lo conocí por Bunbury, y cuando sacaron el disco juntos, ese disco que quedará dentro de mi top 10 para la posteridad, me enamoré inmediatamente de sus creaciones. Es inmediato, es urgente y es extraña, clásica y genuinamente talentoso.
"¿No veis que yo le rezo a un dios, que me prometió,
que cuando esto acabe
no habrá nada más?
¡fue bastante ya!"
-Nacho Vegas, El Hombre Que Casi Conoció A Michi Panero
viernes, 30 de octubre de 2009
Disculpe, Señor
Disculpe, señor ¿es usted policía? Perdón, ya vi su placa. Veo que es tránsito. Tránsito de Monterrey. Se debe sentir extremadamente poderoso, ¿no? Importante, ¿quizás? Sí.
Veo que no quiere hablar.
¿Recuerda aquella madrugada? Eran cerca de las 12:15am. Toyota gris. Faro fundido. ¿Cómo funciona el reglamento de tránsito? ¿Cómo una persona detenida por un faro fundido termina transformándose en el transcurso de decenas de golpes en un narcomenudista?
¿Conoce a Kafka?
Claro que no. ¿Cómo lo va a conocer? Disculpe, señor. No fue mi intención ofenderlo. A usted le puedo referenciar al libro vaquero, o a Polo Polo, quizás.
Sabe usted qué es lo que le pasa a una persona cuando, una madrugada, después de terminar su tésis... disculpe, ¿sabe lo que es una tésis? No, claro que no. Una tésis es un documento final que en muchas carreras universitarias se exige como requisito para graduarse. ¡Graduarse! De Arquitectura, en este caso.
Pues bien, ¿sabe lo que le pasa a una persona que después de eso, es golpeada y acusada de narcomenudista, y expuesto a los medios por un ínfimo ser que se siente grande al estar enfundado en un uniforme de telas de segunda?
¿Escuchó? Kafka de nuevo.
Pues qué bien que una persona como usted esté acostumbrada a procesos Kafkianos. Le servirá su... ¿cómo llamarle? Expertise, para entender que una persona en ese escenario, expuesta ante los medios, acusada injustamente... una persona así pierde mucho más que a su familia, su título o su reputación.
Una persona así pierde algo irreparable en su esencia. Yo no sé que es. Sólo sé que algo desaparece... muere. Una persona así, no tiene nada qué perder. Una persona así se transforma.
Le voy a quitar la venda de los ojos. Su vista va a tardar en acostumbrarse al brillo. Es sólo cuestión de segundos. Antes de eso, sin embargo, quiero que traiga a su mente la última memoria que tenga de sus hijos.
Disculpe, señor ¿puede ver ya?
Obsérvelos... son sus hijos.
Supongo que esos pedazos de carne, tripas, órganos, y cabellos no se parecen a la imagen en su cabecita.
¡Kafka!