miércoles, 1 de diciembre de 2010

Resacosix In Bed

Well there I was: laying in her arms like a fucked-up version of Michelangelo´s "Pietà." I tried to look at her with focused eyes, but they were fucked up. Just like me. And just like her. And she was caressing me with those tender eyes. It was a tenderness that somehow managed to surface even though she was high as a mudafuckin´ kite. 

And after all the struggle, I managed to connect my eyes with hers. And in that beautiful scene that we both yearned for a long, dark time, the unavoidable happened. It came so subtle, so unexpected, and in such bad timing: a long, shocking, tasty fart.

Fuck.

martes, 19 de octubre de 2010

Ventana Agua Bebé Moviendo (ó CÍRCULOS COMPLETOS EN UN FILM BY BRAKHAGE)


No soy un experto en cine experimental. No soy lo suficientemente culto para que la ventana de interpretación tenga posibilidades infinitas. No soy un conocedor de los movimientos artísticos. Desconozco muchos clásicos del cine narrativo. Muchos filmes experimentales a mi me dicen absolutamente nada. No conozco a Stan Brakhage a profundidad.

Sin embargo Stan Brakhage me habló -y me habló fuerte- con su poético, primitivo y hermoso film "Window Water Baby Moving."

Siempre he tenido una obsesión con los ciclos que las personas no completan ya sea por evasión, o porque genuinamente les son imposibles de completar. Obviamente no era consciente de esto, o más bien no lo habría podido articular si no hubiera sido por dos personas en específico: Guillermo Arriaga, y Stan Brakhage.

Guillermo Arriaga menciona en sus conferencias su afición a la cacería. Pero no lo hace por el simple hecho de matar por matar. Sabe que somos cazadores naturales y matar está en nuestro ADN colectivo. Sabe que hemos abandonado esa práctica no por horror genuino, sino porque ya nos es cómodo conseguir nuestra comida en cualquier tienda. Y, sobre todo, sabe que si se va a comer un animal, lo menos que puede hacer por él es matarlo él mismo, y destriparlo él mismo. Ensuciarse las manos. Cerrar un ciclo que nadie quiere cerrar.

Brakhage, por su cuenta, hizo un hermoso cortometraje que habla sobre un ciclo que nosotros como sociedades civilizadas, obsesivas compulsivas, estériles, miopes y sobre todo cobardes constantemente evadimos: la vida. Nos encanta vivir, nos encanta emborracharnos, nos encanta comer, nos encanta coger, nos encanta jugar. Pero presenciar un nacimiento no es tan placentero. ¿Eso no es parte de la vida? ¿Es que acaso estamos huyendo de ver y de aceptar la imagen de un parto? Queremos que las personas sean simples productos que te entregan ya limpias, presentables, sin ninguna evidencia de su natural primer refugio.

Brakhage nos pone frente a frente con uno de los más conocidos eventos en la vida del hombre: el nacimiento. Tan natural es, que en este mundo artificial se nos hace tan ajeno. Tan hermoso es, que en este mundo dónde los estándares de hermosura están por los suelos se nos hace horroroso.

Pero Brakhage logra imágenes hermosísimas. Logra encontrar el equilibrio perfecto entre paz/caos, calma/temor. Éstas dos combinaciones son -sólo teorizando al respecto- lo que podría definir el estado emocional de las personas directamente relacionadas con un alumbramiento. El realizador nos pone ante estas contratantes rutas emocionales, pero lo hace en un estilo que se podría definir con aquello de lo que el humano ha intentado alejarse lo más posible: la crudeza. Todo lo hacemos "limpio," "controlado," nos alejamos del animal que somos para convertirnos en una especie de ente artificial.

En la muerte no se nos permite tener al cuerpo tal cual. No se nos permite tocarlo por última vez, besarlo, percibir su aroma fúnebre. No se nos permite sentirlo. En el nacimiento se hace lo posible para evitarle el acceso visual a la madre. El recién nacido sale expulsado entre sangre, y fluidos, pero se entrega a la madre lo más limpio posible. Y los demás hacemos miles de cariños a los bebés que cada vez se convierten en cosas que no tienen por qué ser, y le damos la espalda a la imagen invaluable del bebé en su más natural y original estado: fresco, puro, sin ningún tipo de mediación social.

Brakhage va más allá del comentario y llega a predicar con el ejemplo. No son personas aleatorias los que son devorados por su voraz y poética cámara. Brakhage filma y actúa. Su mujer es la que da a luz: es su vientre, es su vulva la que está expuesta, son sus gestos de dolor, y el producto es su hijo.

Es ella y él en su atesorado momento...
Y la cámara…
Y la ventana, y el agua, y el bebé, y el movimiento.
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viernes, 17 de septiembre de 2010

Ocaso

El viejo salió con su mirada pesada, añeja y nostálgica. Se espantó unas cuantas moscas que le estorbaban. Bajó el pequeño escalón de la entrada. Era un pequeño escalón, sí, pero para él era un reto físico impresionante. Se apoyó del marco de la puerta, inspiró fuertemente, y puso el frágil pie abajo. Se dió un pequeño masaje en el muslo, y después bajó el siguiente pie. Su camiseta de tela podrida y neja llevaba las huellas de un pasado en que había un interés político. Un pasado nebuloso, nejo, podrido. Su pantalón de pana estaba ajustado con un mecate grueso para no caer de esa cintura que iba desapareciendo con el paso de los años. Observó el horizonte que se extendía hacia tierras que jamás conocerá. Allá, a lo lejos, está lo que no tiene nombre, pero de una manera u otra existe. Y ahí, detrás de él, en esa cabaña que está a punto de caerse por los golpes del sol, la aridez, y los imparables segundos, está todo lo que tiene nombre, pero de una manera u otra no existe.

Junto a la alta palmera que se mostraba imponente frente a él, el viejo vió una escalera de madera vieja, seca, y débil. La cargó con las pocas fuerzas que le quedaban y cuidadosamente apoyó la parte final sobre el techo de la cabaña. Observó hacia el techo. Enfocó sus arrugados párpados hacia la meta que se acababa de trazar. Eran unos cuantos escalones. Pensó en todas las cosas que sus 93 años de edad le impedían realizar: ya no podía lijar esa escalera que ahora le había rasgado las manos; ya no podía levantar cualquier miembro de su cuerpo sin evitar un constante temblor; ya no podía rezar las oraciones que su madre le había enseñado; ya no podía pensar en un futuro, pues éste ya lo había alcanzado y rebasado.

Acarició los bordes de la escalera. La empujó tan bruscamente como pudo. Algunos crujidos le anunciaban un posible fin trágico. Sonrió un poco. Miró por la ventana hacia adentro de la cabaña. Sus ojos brillaron y se llenaron de una súbita juventud. Envió un beso hacia el interior, volteó hacia su objetivo, y escaló el primer peldaño. Fue más fácil de lo que esperaba. Crujidos. Otro peldaño. Una brisa de aire cálido y asfixiante que traía los olores de la muerte que lo rodeaban. El olor a reses muertas y podridas debido a la sequía. El olor a zorrillo. El olor a humedad proveniente de su alberca vacía, llena de lama y con agua estancada dónde saltaban innumerables sapos.

Y en estos pensamientos se perdió cuando de pronto ya estaba en la cima. Apenas dos metros y medio, pero el se sintió en la cima de la loma más grande que podía ver desde el techo. Se sintió en la cima de su mundo. Y ahí estaban dos mecedoras, una mesa de madera, y sobre ella dos copas con las huellas de un vino hace mucho tiempo degustado. En frente de las mecedoras y la mesa de centro, se encontraba una improvisada jardinera llena de flores. Flores que parecían ser lo único fresco, jóven, y vivo en ese ambiente agónico. El viejo sonrió. Se sentó en la mecedora de la derecha y con nostalgia miró hacia la mecedora de la izquierda. Y después hacia la jardinera, y después hacia el horizonte. Aquel horizonte misterioso.

Un aleteo alucinante se dejaba escuchar desde los cielos. El viejo volteó y sonrió hacia los cuervos que no dejaban de sobrevolar alrededor de la cabaña. Encendió un cigarrillo envuelto en hoja de maíz y al darle el primer toque tosió violentamente. La reacción al cigarrillo hizo que de su boca escapara, involuntariamente, una plasta en dónde se mezclaba saliva y mucosa llena de sangre, y aterrizara en el interior de la copa que estaba de su lado. El viejo se preocupó en que la copa de la izquierda no se hubiese manchado. La limpió delicadamente con su camiseta y la devolvió a su lugar. Se levantó de la mecedora, le dió otro toque al cigarrillo, controló el impulso de toser, exhaló el humo que empañó la imagen de los cuervos, y se dirigió a la jardinera. Arrancó todas las coloridas flores, las juntó, y las apretó fuertemente, sin importarle que las espinas perforaran sus ajadas y callosas manos. Las olió. Se escuchó un crujido fuerte y su mundo se movió, la jardinera se desplomó, y con ella, él; y con él, los cuervos sobrevolaron mucho más bajo.

Las flores se mantenían igual de vivas, igual de hermosas, apretadas por las manos de aquel viejo que no se dolía de sus piernas que dejaban exhibir sus huesos fracturados. El anciano, rodeado de escombros, sólo miraba fijamente hacia la puerta. Se arrastró. Se arrastró con la mayor rapidez posible. Respiraba con dificultad. Llegó hacia la puerta, la abrió, y se siguió arrastrando hacia el interior de la cabaña.

"Todo bien, Leonor. El rancho está tan vivo como siempre. Y tus flores se dieron más hermosas que nunca." Y el viejo se arrastró hacia Leonor. Y le espantó las moscas que volaban a su alrededor, y se posaban sobre su piel acartonada, verdigrisácea. Y el viejo le sonrió, al momento que ponía el ramo de flores, llenas de su sangre, sobre el hermoso vestido esmeralda de Leonor. Y con la reserva de energía en sus brazos, se sentó al lado de ella, y la tomó de su mano que ya no tenía uñas. Y la besó. Y tomó el peine de su bolsillo y la comenzó a peinar, sin poder evitar traerse gran parte de los cabellos ceniza, muertos de Leonor. Y le besó la frente. Y se recostó sobre su hombro. Y tosió. Tosió mucho, mientras la abrazaba y cerraba los ojos.

Y los cuervos afuera aleteaban enloquecidos y emitían sonidos que se perdían en el limbo donde no queda nadie que escucharlos.

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Inspirado en la mini misión "Flowers For The Lady" del juego Red Dead Redemption, de Rockstar Games.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Doscientas Joyas En El País De Los Doscientos Años

Mayas, Aztecas, Chichimecas, Olmecas, Toltecas, Zapotecas, Teotihuacán, Tenochtitlán, Chichen-Itzá, Palenque, Tajín, verde y cálido Sur, amarillo y hostil Norte, Águilas, Serpientes, Nopales, Lagos, Osos, Jaguares, Coyotes, Perroscallejeros, Gatoscallejoneros, Xoloitzcuintles, Guanajuato, Campeche, Guadalajara, Defe, San Miguel, San Cristóbal, San José Del Pacífico, Querétaro, Mazunte, Vallarta, Cuatro Ciénegas, Real De Catorce, Oaxaca, Monterrey, Tijuana, Moctezuma, Cuauhtémoc, Malinche, Pasos De López, Juárez, Díaz, Villa, Zapata, Cárdenas, Rivera, Kahlo, Paz, Fuentes, Fidel, Chavela, Sabina, Trotsky, José Alfredo, Negrete, Infante, Cantinflas, Melodramas, Telenovelas, Cinedeficheras, Santo, Rancheras, Cumbias, Huapangos, Polkas, Tequila, Cerveza Indio, Hongos, Peyote, Cimas, Cenotes, Mar, Golfo, Ríos, Lagos, Pantanos, Montes, Desiertos, Café, Caña, Maíz, Cacao, Mezquites, Tule, Baches, Bordos, Cortadillo, Chicharrón, Frijoles, Machacado, Carne Asada, Salsas, Pibil, Mole, Tacos, Enchiladas, Flautas, Sopes, Quesadillas, Carbohidratos...

FaraFara, Tríos, Acordeón, Bajo Sexto, Tololoche, Verde, Blanco, Rojo, ITESM, UANL, UNAM, Del Toro, Buñuel, Rodríguez, Iñárritu, Cuarón, De Fuentes, Ripstein, Estrada, Reygadas, Retes, Amores Perros, Los Olvidados, El Bulto, El Compadre Mendoza, El Infierno, Cronos, Y Tu Mamá También, Luz Silenciosa, Ponchos, Zarapes, Guayaberas, Manta, Algodón, Hamacas, Sombreros, Botas, Charros, Vaqueros, Campesinos, Sindicalistas, Creativos, Genios, Albañiles, Pintores, Maistros, Maestros, Teiboleras, Taxistas, Chofis, Futbol, Beisbol, Iglesias, Palacios, Bosques, Jardines, Contemplación, Solidaridad, Pasión, Energía, Siestas, Tradiciones, Locuras, Piedra Papel o Tijera, Voto, Quemado, Burro Bala, Zapatito Blanco, Escondidas, Matatena, Canicas, Congelados, Rueda de San Miguel, Frutsis, Gansitos, Flipis, Astra, Conasupo, Gigante, Soriana, Oxxo, Zona de Tolerancia, Centros, Avenidas, Veredas, Pueblos, Magia, Colores, Carreteras, Autopistas, Pan de Muerto, Calaveritas de Azúcar, Calaveras, Catrines, Flores, Día de Muertos, Chingada, Cabrones, Trabajo, Fiesta...

Y hay más, mucho más.

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Qué se joda el mal gobierno y los pseudo-mexicanos. Eso no opaca lo precioso de nuestro país. Hoy YO SÍ celebro. ¡VIVA MÉXICO, CHINGAO!

martes, 14 de septiembre de 2010

Taxi Driver

Pos la muchachita se subió al carro, fíjese. Serían por ahí de las... sabrá dios... como las 3 o 4 de la madrugada. Ya era tarde, y pos mi mamá que dios la tenga en su santa gloria siempre me decía que pos no anduviera trabajando tan tarde. Y ahorita con todas las cosas que están pasando, pos menos le hubiera gustado que yo anduviera ahí de trabajador tan tarde, pero pos el chiste es que la muchachita ésta me hizo la parada, y yo pos... pos me paré, vedá. Pos la muchachita se veía buena... o sea de que era teibolera pos era teibolera, pero se veía buena, noble.

Se subió cuando en el radio tocaban una canción de esas viejitas, bonitas. Ni me acuerdo cuál era... pero era muuy viejita y muuuy bonita. Y pos lo primero que noté es que se subió con mucha confianza, en el asiento de adelante, y pos uno como no acostumbra tener pasajeros adelante, pos pa pronto que quito mi chaqueta, mis discos de Miguel y Miguel, que qué chingones son, y mis churrumais, que qué vicio he agarrado yo con ellos. Cruz de madera creo que era la canción. Si la ha oído... aquella que dice... una cruz de madera, de la más corriente... esto es lo que pido cuando yo me mueeeeraaaa. Hijuesu qué bonita canción. Pero bueno le decía de la muchachita, que no es cierto, permítame decirle con todo respeto que lo primero que noté no fue que se subiera adelante, sino las cosotas que se cargaba entre el cuello y el ombligo, como decía mi apá. No, pos mire que uno es decente, pero no puede evitar notar esas preciosuras. Porque estaban muy bonitas, no como las de la Sabrina... Uuuy, ¿cómo sabía que fumo, señor? Uuuy y luego delicados, ¡qué detallazo!

No, si los delicados siempre me los recomendó mi abuelito. Me decía el viejón que las otras marcas de la modernidad me iban a matar. Y pos mire, yo tengo amigos fumadores de malboro y que los bensonanjeiches y que los camel, y todos andan muy fregaditos, y yo, míreme... 74 años gracias a dios. 62 años fumando y aquí sigo. Y esa fue la tercer cosa que noté de la teibolera bonita muchachita esta. Pos no cree que me decía que no fumara. Y pos yo dejé de fumar porque pos... mire pa serle sincero pos yo nunca había tenido a alguien tan bonita tan cerquita. Y pos la quería complacer. Andaba noviando yo, ¿no? Pos ante todo el respeto a la dama, aunque sea dama de la noche.

Pos total que la muchachita saca unas bolsitas así, mire...chiquititas. Y pos ya se ha de imaginar. Que empieza el aspiradero, y nomás veía como le lagrimeaban los ojos, y justo empezaba a llorar y a quebrarse cuando le daba otro golpe a la bolsita mentada y se alivianaba. Como por arte de magia. Y yo ahí, pasmado. Pos yo nunca me he acostumbrado a eso, oiga, y menos a que una muchachita tan linda le entre a eso. Pos le decía que se calmara, que si la podría ayudar en algo, y me dijo nomás, no usté maneje directo al rey de espadas. Si conoce ese lugar, ¿no? Pos a mi no me gustaba mucho la idea, le dije que si quería mejor calmarse, que yo le podía cantar unas canciones................................ y sí... así como usté se ríe ella también se burló.

No me importó que se burlara porque la verdad nunca había visto una sonrisa tan bonita. En serio no me dolió nada, y eso que nunca he sido bueno pa'guantar burlas. Pos yo nunca he sido un donjuan. Nunca me casé, no tengo hijos. Y la última novia que tuve la tuve en secundaria... y ella era de primaria. Quería andar con alguien más grande que ella. Y pos ahí estaba yo... ¿¡cómo no!? Y pos le ofrecí cantar no por andar de romanticón, sino pa alegrarle un poquito el alma. Y pos al parecer fue muy ridícula mi idea porque no se paró de reir. Y pos me dijo la mujer que qué chingaos iba a cantar un viejo jodido como yo. Así dijo, figúrese. Como lo oye que-qué-chin-gaos-iba-a-cantar-un-viejo-jo-di-do-como-yo. No le digo pos si los tiempos tan muy cambiados. Ora resulta que las chulas andan aspirando ese mugrero y diciendo esas cosas. Y pos le contesté que le iba a cantar canciones que yo había escrito.

Y es que déjeme decirle que yo soy autor de canciones. Y canciones que se tocan en la radio, eh, no cualquier cosa. Claro, la muchachita no me creyó cuando le dije que yo había escrito la que anda sonando mucho del grupo los pioneros, ¿si la ha oído? Si, la que canta el prieto ese con voz de gangoso que no le favorece nada a mi letra. Ah ahí tiene el cidi, pos sí la canción esa que se llama cuando seas mía. Esa es mía, nomás que así se las gastan estos grupos grandes, vedá. Se la compran a uno bien barata aprovechando lo mal que está la situación y se ponen que ellos son los autores, pero nanais, esa rolita y muchas otras que de seguro su hermana, y su mamacita bailaron en sus quince años. Y pos lo que pasa es que a uno le gana la necesida'. Si no ya fuera yo un grande, pero a mi esas ondas de ligarse con cosas malas no me gusta. Y pos en ese sentido dejé pasar muchas oportunidades en la música. Mejor le seguí de taxista, y mire me da una emoción grandota escuchar mis canciones aunque sea cantada por otros.

Y pos bueno en lo que andábamos. La muchachita esta se siguió burlando, y me decía que yo era un mugroso que nada de cultura de seguro tenía. Y a mí eso si me empezó a arder, vedá, porque una cosa es que me digan maldiciones y otra cosa es que me digan inculto, porque pos cultura tengo. Algo, pero tengo. Y le dije que claro que había escrito esa y muchas otras canciones. Y me decía que seguro ni sabía escribir, que de seguro era un borracho, drogadicto, que seguro golpeaba a mi esposa. Fíjese, cuánto juicio en tan poquito tiempo. Y yo que no me cansaba de admirar su belleza, sus labios, sus dientes, sus ojos, los otros ojotes, y todo su cuerpecito, porque si me gustaba mucho, aunque ya me estaba hartando.

Y yo le enseñé mi cuaderno de notas, mírelas, aquí escribí muchas de mis canciones, mire aquí tiene mi nombre... ¿eh? Tengo este mismo cuaderno desde el 92. Pos no me lo he acabado porque la inspiración no llega todos los días. Y mire... estas hojas sueltas... las arrancó la pinche vieja para sacarse sus pinches mocos llenos de esa mierda blanca. Pinche vieja puta. Y pos no me pude yo aguantar, pero mire que esas páginas son como mis hijos, señor.

Y la quise calmar, pero estaba como loca. Y ya no me gustó. Ya no veía yo a la muchachita bonita que se había metido al taxi, ahora veía a un demonio vestido de teibolera acabando con todo lo que era importante para mí. Y pos no se calmó, y pos tuve que agarrar el bate que siempre guardo abajo de mi asiento. Frené cuando estábamos a la altura del club de jotos ese. Que cabe aclarar que yo no tengo nada en contra de ellos, pero pos eso no les quita lo jotos, ¿no? Y nunca se calmó la vieja esa, y pos hice lo que tenía que hacer. Eso sí, el primer batazo fue en la meritita sien para que no sintiera lo demás. Soy lo que quiera, menos sádico. Y pos ya los demás batazos fueron de puro coraje, porque seguramente el primer golpe la mató.

Pos yo soy un hombre de bien, señor, por eso me entrego. Nomás que porfavor cuente mi historia completita. No vaya usté a permitir que hablen de mí como cualquier monstruo de esos que hay muchos allá afuera. Y por favor entréguele mi taxi a la familia de la difuntita. Es lo único que tengo que ofrecerles.

Y si no es mucho pedir, déjeme quedarme con mi cuaderno y mi pluma. Si quiere usté vende las canciones después... pero me deja escucharlas.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Aquellos Chúntaros Olvidados

Aún recuerdo aquellos días empañados. Estaba yo en secundaria y entre la gente que era sociable y que llevaba una adolescencia normal, unos sonidos extraños se dejaban escuchar. Música que simplemente no iba de la mano con la apariencia de aquellos fresas, populares, y demás categorizaciones pendejas, pero tan dolorosamente adolescentes.

Era un rock, pero un rock diferente. Tenía unos arreglos de acordeón; una batería que pareciera tocar una polka en
uppers; un cantante que fácilmente podría haber salido de grupos como "El Binomio De Oro," o "Los Vallenatos;" y otro cantante que podría ser hermano de B-Real, juzgando por la irremediablemente nasal voz. Dentro de las canciones que formaban parte de su "Libres y Locos" se escuchaban ya las influencias que se mantendrían en sus siguientes discos. La música colombiana, el rock, la cumbia, la ranchera, y un rap old school.

Hay en estos chúntaros una moderna revisión a nuestras raíces. Es un estilo que llevó a muchos anti-cumbias, y anti-folk Mexicano a revalorar lo que es nuestro. Hay muchas personas de éstas. Es bien sabido que la cumbia es despreciada el 90% del tiempo, pero enaltecida en la fiesta, y en el extranjero. "El Gran Silencio" son fiesta. Y también se sienten foráneos. Tan exóticos y tan reconocibles.


Nos han recetado híbridos musicales que nos han marcado. Si no te gusta, al menos no se te olvida. Han sido despreciados por sus disqueras para darle promoción a artistas plásticos como RBD. Válido, pero muy lamentable y doloroso. Hay en estos chúntaros una necesidad de abrir la boca y escupir la más pura y fina poesía popular. Muchos recuerdan el "Chuntaro Style" o el "Círculo de Amor," pero pocos recuerdan "El Canto De La Serpiente" o la canción homónima de su segundo disco: "Libres y Locos." Son piezas que no le piden nada a nadie.

"La fuerza que tengo en el pecho es descarga furia del león.
El águila que come serpiente con su veneno se envenenó.
Yo traigo una esperanza de reforzar toda mi nación,
pero mi furia desparramada, ahora mis ojos cegó."

Esto lo cantaban y gritaban en el año 2000. Quisiera saber, de tener oportunidad y apoyo, lo que estos sensibles chúntaros nos aventarían a la cara en estos días...

Me largo a dormir soñando.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Como Un Jueves De Verano

Abrí la puerta mientras la voz desgarradora de Townes Van Zandt se encargaba de infiltrarse en mi sistema. La música y su voz me poseían por una extraña ruta que incluía un reproductor-de-música-digital-cuyo-funcionamiento-me-sería-imposible-explicar, cables, finos recubrimientos de plástico y auriculares.

"Her face was crystal
Fair and fine
Her breath was morning
Her lips were wine
Her eyes were laughter
Her touch divine
Her face was crystal
And she was mine"

Los espacios que veía me eran tan foráneos. ¿Has tenido alguna vez esa extraña sensación de que todo lo que debería ser tan familiar se vuelve de repente, sin aviso alguno, tan desconocido? Había en el ambiente un fino olor a guiso. -el guiso que ella hacía y cuyo aroma me recordaba lo fácil que es llorar por una ausencia que puedes oler.

Los ojos se embriagan de esos lugares que solíamos compartir. Esos mismos lugares que se sienten tan extraños por sin ella. Es tan jodidamente intolerable una ausencia que te restriega en la cara su inexorable recuerdo. Pero no la escucho. La puedo oler, la puedo imaginar como un fantasma que me acompaña en mis desvelos y excesos. Ese fantasma hermoso que vigila hasta los pensamientos más turbios y los más bellos que puedan detonar eléctricamente en mi cerebro.

"If only she
Could hear my songs
'bout the empty difference
'tween the rights and wrongs
Then I know that I
Could stand alone
As well as they
Now that she's gone"

Pero no la puedo oír. Veo la pasta de dientes destapada a un lado del lavabo. Esa jodida pasta que provoca un caos que ella convertía en orden. Casi instintivamente miro al espejo esperando verla reflejada, y ansío escuchar sus regaños por no tapar la maldita pasta -esos regaños que me ahogaban en invierno y me ponen nostálgico en verano.

"So like a summer Thursday
I cry for rain
To come and turn
The ground to green again"

Mi guitarra me observa, olvidada, triste, desgarrada.

La estufa se siente abandonada, inútil, jubilada.

Los cigarros, confundidos, no hayan lógica a su vida prolongada.

La casa deviene en limbo cuando el alma que la hacía habitable emprende la retirada.

Y mientras bebo y escribo, Townes Van Zandt con su "Like A Summer Thursday" te deja una daga en el corazón clavada.

jueves, 29 de abril de 2010

Before & After

B E F O R E
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FADE IN:


INT. LAURA’S HOUSE - BEDROOM - NIGHT
The room is a total mess.
An ashtray filled with cigarette butts sits on the bedside table, next to a a bottle of prescription medication.
The cigarette butts have lipstick strains on them.
A photo of LAURA (29,) elegant, with sadness hiding behind a smile and JOSH (4) full of life, with shiny eyes and a wide, pure smile.

Dressed in a black suit, pale and well groomed, FRANK (30) sits in a chair, holding a toy car.
The phone suddenly RINGS and He scans the room from one side to the other.
He stares at the picture on the bedside table, gets up, sets down the car and retrieves it.
The phone keeps RINGING.
A BEEP as the answering machine picks up.

LAURA
(filtered)
Hi, you’re calling Laura McKenzie.
I’m not home right now, please--

Frank turns the machine off. He looks at the LCD screen on the phone.

“3 MESSAGES; 0 NEW”

Frank takes his finger to the PLAY button. He hesitates.

He opens a drawer of the bedside table and takes out a wedding ring. He then looks at the wedding ring on his finger.
Frank goes back to the answering machine and pushes PLAY.

MACHINE
(filtered)
Message one. November 20th, 1 PM.

FRANK (V.O.)
(filtered)
Hey. I know you probably don’t want to hear from me so soon.
(beat)
Maybe it’s a good thing the machine answered... right?

He puts the new photo on the bedside table, then puts old one in the drawer.

FRANK (V.O.) (CONT’D)
(filtered)
How’s Josh doing? I miss you both.
I’m trying, Laura.

Frank arranges the messed up bed.
He throws out the ashtray, complete with the cigarette butts, then the pills.

FRANK (V.O.) (CONT’D)
(filtered)
Lots of resumes, no callbacks...
I feel I’m in a limbo here.

He goes to a big mirror at the dresser and looks at himself.

FRANK (V.O.) (CONT’D)
(filtered)
I’ll go now. Please call me back...
I miss you.

BEEP.
A noose hangs from the ceiling.

CUT TO:
INT. BEDROOM - DAY
Laura lies on the bed, perfectly still and looking into the camera.

CUT TO:
INT. BEDROOM - DAY
Josh’s toy car sliding slowly on the floor. A faint child’s voice making ENGINE SOUNDS.

CUT TO:
INT. BEDROOM - DAY
Frank stares at the wall. Photos.

MACHINE
(filtered)
Message 2. November 24th, 2:15 PM.

Frank’s hands subtly shake. He leaves the room.

FRANK (V.O.)
(filtered)
Hey.
(beat)
I’m on my way to an interview...
A big company.

Frank returns with a chair.
He looks around.

FRANK (CONT’D)
They said they value a young,
committed man like me.

He sets the chair down on the floor under the noose.

FRANK (V.O.) (CONT’D)
(filtered)
I will make things right.

Frank sits on the bed and arranges his tie.

FRANK (V.O.) (CONT’D)
(filtered)
Anyway, I just wanted you to wish me luck.
Call me when you get this.

BEEP.

CUT TO:
INT. BEDROOM - DAY
Laura on the bed, staring straight ahead.

CUT TO:
INT. BEDROOM - DAY
Josh’s toy car. It’s steady on the floor.
The light dims.

CUT TO:
INT. BEDROOM - DAY
Frank Shakes the image from his mind.
He stands and leaves the room again.

MACHINE
(filtered)
Message 3. November 28th, 4 PM.

The room is still and spotless.

FRANK (V.O.)
(filtered)
I need you.

Frank enters the room.
He’s carrying a body completely wrapped in linens.

FRANK (V.O.) (CONT’D)
(filtered)
You and Josh...

Frank puts it on the bed.
He leaves again.

FRANK (V.O.) (CONT’D)
(filtered)
I think I can...
I’m ready to look after you.
(beat)
We’re supposed to be together.

A faint CHILD’S LAUGH...

FRANK (V.O.) (CONT’D)
(filtered)
I want you to know...

Frank returns, carrying a much smaller body, wrapped in linens.
He carries it to the bed.
The toy car sits alone on the bedside table.

CUT TO:
INT. BEDROOM - DAY
Laura on the bed... Dead and bloody.

CUT TO:
INT. BEDROOM - DAY
Frank sets the small body down next to the large one.

FRANK (V.O.)
(filtered)
I love You.

Frank grabs the picture from the bedside table and sets it on top of the bodies.

FRANK (V.O.) (CONT’D)
(filtered)
See you soon.

He stares straight ahead into the camera. Eyes cold and empty, void of life. He blinks.
BEEP--

MACHINE
(filtered)
End of messages.

FADE TO BLACK.

THE END.

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A F T E R
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CLICK HERE AND WEAR HEADPHONES


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NOTA:
Se agradecería feedback positivo, negativo, etc. Utilicen los comments de blogger, o los de youtube. Cualquier comentario me ayudaría mucho a crecer como guionista y realizador.

viernes, 12 de marzo de 2010

Detour-ish (A Teaser)

INT. HOTEL ROOM - BATHROOM - NIGHT

The ash tray is filled with ashes and two cigarette butts. Laura puts her lit cigarette on the ash tray. She’s looking at herself on the mirror. She grabs her tit and releases it and watches how it hangs down. She looks at her ass, her big ass. She then touches her thigh and blows the smoke on the cellulite. She’s sad.


Eddie is BANGING at the door, telling her that it’s ok, they should go back to the bar and have some more drinks.

INT. HOTEL ROOM - NIGHT

Eddie is sitting on the edge of the bed, in his briefs, having wine. Laura steps out of the bathroom, looking far sexier and “younger.” She grabs her purse, and steps out of the room.


EXT. DOCK - NIGHT

Tomás and Tambor are setting up the little boat to leave the island. They are carefully putting the instruments in the boat. Tomás asks Tambor about Piojo. He answers that he hasn’t seen him in a while, that maybe he had to go jerk it off. Tomás laughs.

Tambor asks him if he saw the beautiful gringa that was sitting near the stage. Tomás nods, and mocks him about his lack of skill to handle a woman like that. Speaking of the devil, Tambor points to the beach. It’s Laura, lighting a cigarette.


EXT. BEACH - NIGHT

Laura shakily lights her cigarette. She SOBS. She represses a deep anger, an old sorrow. She just SOBS. She can’t cry. Tomás gently asks if she’s OK, if he can help her in anyway.

Laura is shocked. She thought she was alone. She’s embarrassed. She flees. Tomás asks her again if everything’s all right.

No answer.


...

lunes, 8 de febrero de 2010

Un Tambor Diferente

Cuando regresé del bar de mala muerte al que me metía automáticamente todos los viernes al dar las 4:05 de la tarde, la encontré en el umbral de mi crisis. Todo me parecía contradictorio. Si mi predisposición a cogerme al mundo me indicaba que simplemente me la cogiera, ¿por qué dudé? La conciencia nunca ha jugado un rol importante en mis decisiones impulsivas. Mi cuerpo, en su balance y armonía natural me da señales... ciertos impulsos.

Lo que la mayoría de la gente consideraría acciones impulsivas, acciones sin pensar, yo las considero acciones instintivas. Y es justo darle la razón a tu instinto. No quiero minimizar la importancia que tiene el cerebro, el pensamiento lógico. Pero existen más cosas. El problema es que el hombre insiste en sintetizar: entre menos, mejor. Si entiendo algo, ahí me quedo. Las zonas de confort, que les llaman.

En fin, el chiste es que no me la cogí. No seguí mi instinto, y sí seguí ciertos... lineamientos... ¿morales? Siempre me he quejado de la moral. Me parece una gran mentada de madre a las mentes y percepciones modernas, tener que sentirnos atados a mandamientos de sociedades del pasado. Sociedades que poco o nada tienen que ver conmigo. Pero no importa mi postura intelectual ante ella. Me atacó. Duro.

Le pedí -con esa vaga idea que tengo de lo que es ser un caballero- que se retirara. No tenía interés en tirármela. Había algo muy sucio en la idea de tener sexo con una... muerta... no-- no me juzguen. No es algo literal, a lo que me refiero es que se sentiría muerto, vacío. No sé. Creo que no tiene que ver ni mi cuerpo ni mi mente, ni nada metafísico en mi decisión y cambio. Es una tercera persona.

Se llama Cathy.

Me sacó de mi zona de confort.

lunes, 18 de enero de 2010

Regresiones

¿Te acuerdas de aquel anciano de mirada nublada? Aquel viejo que tartamudeaba cada que te nombraba. Aquel señorón cuya piel arrugada te enseñaba, centímetro a centímetro, una historia llena de luchas, alegrías, frustraciones, amores, bosques, mares y frutos. Aquel viejo que alguna vez fue joven y al que tomaste de la mano para apoyarte y no caer. Ese hombre que al menos en alguna ocasión consideraste tu héroe. Al que a veces no veías durante el día, y simplemente te resignabas a soñarlo durante la noche.

Esa persona amable y tierna, a la que ignoraste la mayor parte de tu vida. A la que negaste. ¿Te acuerdas cuando ibas a secundaria, o prepa? ¿Te acuerdas cómo te sonrojabas de pena... PENA... porque tus amigos te vieran al lado de aquel gran hombre? Ahora sólo te queda recordarlo, y lo lloras, platicas de él, quisieras tomarlo de la mano y que todos te vieran a su lado.


Pero esas joyas son perecederas. Las cosas que importan, que valoramos y a las que más nos aferramos están destinadas a dejar de existir físicamente. Y tú eres un excelente ejemplo de esta eterna ironía. El humano como eterno adolescente, que no sabe lo que quiere, y nunca aprende a valorar. Qué historia tan triste la del padre que siempre está ahí para sus críos, incluso cuando esos críos no quieren saber nada del padre. Es un camino "natural" muy injusto y muy duro. Porque son las personas a las que sólo les quedan sus canas, sus arrugas y su laberinto de memorias aleatorias y fantásticas, las que al final se quedan solas.

Y veo a los viejos. Aquellos hombres tras cuya mirada nublada, se esconden gritos desgarradores que claman por compañía... por la no-anulación. No quiero ni imaginarme los recuerdos, reproches, lamentos y llantos, que se guardan en su lecho de muerte, cuando están rodeados de rostros y siluetas que ahora batallan en descifrar. Han de llorar en silencio. Llorar tras un semblante de paz.

Y tú, como parte de esas caras indescifrables e irreconocibles, sólo observas con incredulidad como algo que parecía eterno, se agota pausadamente, al ritmo del temblor errático de sus manos. Y es en esa ironía final cuando, si prestas atención, podrías escuchar un susurro espectral, lleno de calma, que te dice: "me has tenido durante años... ya no te tortures... tómame la mano y estaremos en paz."
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A mi padre,
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Dijo Leonard Cohen que
"la poesía es la evidencia de la vida; si tu vida arde bien, la poesía son las cenizas"

Nunca te he negado, nunca me has apenado, siempre te he admirado.
Pero no puedo dejar de sentir que te debo tanto.

Ojalá que no existan momentos finales cargados de culpas o reproches.

Te amo, te respeto, y agradezco todo lo que has sacrificado por tus hijos,
las cenizas de tu vida, los poemas de un idealista y soñador.

domingo, 17 de enero de 2010

Ocho

¿Crees en conexiones inexplicables, casi mágicas, con algo o alguien?

No sé si sea una obsesión mía por querer encontrar prueba de elementos trascendentales en un mundo dónde lo espiritual y la magia se tachan de estupideces. Pero el ocho me ha seguido... estoy seguro, y/o soy necio al respecto.

Salvador, mi nombre, tiene ocho letras.

Martínez, mi segundo apellido, tiene ocho letras.

Cuando vivía en San Nicolás, mi casa tenía el número 208.

Mi actual casa tiene el número 208.

El departamento en el que vivo tiene el número 1808, en un edificio con el número 588.

Mi primer guión de largometraje está en las ochenta y tantas páginas en su primer draft.

Mi matrícula en el ITESM era 595888.

Mi novia desde hace casi ocho años y ahora prometida, se llama Gabriela: ocho letras.

El primer teléfono del que tengo memoria era el 76-88-83

Mi ídolo musical se llama Bob Dylan: ocho letras.

Mi ídolo cinematográfico se apellida Scorsese: ocho letras.

Son muchas las cosas que me conectan a este número. ¿Por qué? no sé, ni me interesa saberlo. Es parte de darle a la vida el crédito de su capacidad de sorpresa. Estoy seguro que si me pongo a hacer un examen más profundo de mi vida y lo que me rodea, encontraría muchas cosas más.

Bendito ocho, hasta ahora ha sido un gran viaje. Sigamos de la mano.

viernes, 8 de enero de 2010

Brainfuck

Diciembre 2009. La pantalla estaba ahí, desolada, triste, cínica. Mi mirada vagaba entre una ventana y otra, continuamente. Parecido a las personas que tienen el hábito de cambiar de canal al televisor una y otra vez, sin detenerse. Es como si se buscara acaparar el mayor número de imágenes posible. Hacerlas tuyas, y ser celoso, no dejarlas ir. Y sobre todo no darles tregua.

Las páginas de lo que era prioritario se quedaron, como desde hace un par de semanas, al final de mis intereses del momento. Café, facebook, twitter, mirada al paisaje urbano, está chingón el análisis en Senses Of Cinema, café, facebook, twitter, ¿qué putas se entrega mañana?

Una amiga muy querida y muy putilla acuñó (o al menos me introdujo) un término para las personas de la generación actual, en la que las redes sociales, y otros espacios no solamente sirven como herramienta, sino que crean pequeñas cosas... pequeños placeres, muy muy adictivos, que te hacen ser un cliente/usuario cautivo. Ese término es autista digital. ¡Qué término tan más acertado!

Lo peor es que el autismo digital no parece ser la excepción, sino la regla. Ya sea que estés esclavizado a una laptop por profesión o estudio, ó, que simplemente tengas la posibilidad de accesar por celular u otros medios a las redes sociales, la actividad que se te presenta cada 5-10 segundos es francamente de miedo.

No quiero llegar a tener un blackberry o iphone en mis manos. Lo peor es que sé que lo tendré. El 2010 me gusta para dar un paso más hacia ser una persona Wall-E-esca. Hacia allá vamos. No me queda gran duda. La gente suele pensar que juego cuando digo que Wall-E es una película profética. Creo que están en negación.

Ojalá que la sociedad me de la contra... no creo, ya hemos cruzado el punto del retorno y sólo nos queda seguir en la misma obsesión ridícula por lo rápido, lo inmediato, la cantidad y no la calidad... Autismo artificial. Bien, ahí la llevamos.

¡Qué asco!

martes, 5 de enero de 2010

Un Inicio De Cero

Siguieron las crudas, las noches de insomnio, los días de ensoñación, la combinación Vitamina C & E para un mejor sistema inmunológico, las horas pegado a una laptop intentando escribir y consiguiendo sólo ser el gran voyeurista virtual, las pastillas LBSII para un intestino perezoso.

Las historias en la cabeza golpeteando azarosamente durante el día, las historias en la cabeza que logran salir en los momentos menos indicados, el confiar en mi memoria y que mi ADD no me fastidie la oportunidad de vomitar sobre el teclado todo lo que tenga que vomitar, siete años de relación amorosa ininterrumpida, la oficialización de esa relación, el soporte y estímulo necesario, las musas.

El honor de tener personas a mi lado a las que los ignorantes llaman locos pero que son genios, las borracheras con mis hermanos de sangre, las borracheras con mis hermanos elegidos, las películas mediocres, las películas basura, las películas chingonas, las películas con alma, las películas desalmadas, las películas que te desgarran el alma, un nuevo país, una nueva ciudad, nuevas personas, reencuentros.

Y siguen las borracheras y las crudas y de nuevo estoy frente a la laptop con mis dedos nerviosos y titubeantes y todo empieza otra vez de cero.