viernes, 30 de octubre de 2009

Disculpe, Señor

Disculpe, señor ¿es usted policía? Perdón, ya vi su placa. Veo que es tránsito. Tránsito de Monterrey. Se debe sentir extremadamente poderoso, ¿no? Importante, ¿quizás? Sí.

Veo que no quiere hablar.

¿Recuerda aquella madrugada? Eran cerca de las 12:15am. Toyota gris. Faro fundido. ¿Cómo funciona el reglamento de tránsito? ¿Cómo una persona detenida por un faro fundido termina transformándose en el transcurso de decenas de golpes en un narcomenudista?

¿Conoce a Kafka?

Claro que no. ¿Cómo lo va a conocer? Disculpe, señor. No fue mi intención ofenderlo. A usted le puedo referenciar al libro vaquero, o a Polo Polo, quizás.

Sabe usted qué es lo que le pasa a una persona cuando, una madrugada, después de terminar su tésis... disculpe, ¿sabe lo que es una tésis? No, claro que no. Una tésis es un documento final que en muchas carreras universitarias se exige como requisito para graduarse. ¡Graduarse! De Arquitectura, en este caso.

Pues bien, ¿sabe lo que le pasa a una persona que después de eso, es golpeada y acusada de narcomenudista, y expuesto a los medios por un ínfimo ser que se siente grande al estar enfundado en un uniforme de telas de segunda?

¿Escuchó? Kafka de nuevo.

Pues qué bien que una persona como usted esté acostumbrada a procesos Kafkianos. Le servirá su... ¿cómo llamarle? Expertise, para entender que una persona en ese escenario, expuesta ante los medios, acusada injustamente... una persona así pierde mucho más que a su familia, su título o su reputación.

Una persona así pierde algo irreparable en su esencia. Yo no sé que es. Sólo sé que algo desaparece... muere. Una persona así, no tiene nada qué perder. Una persona así se transforma.

Le voy a quitar la venda de los ojos. Su vista va a tardar en acostumbrarse al brillo. Es sólo cuestión de segundos. Antes de eso, sin embargo, quiero que traiga a su mente la última memoria que tenga de sus hijos.

Disculpe, señor ¿puede ver ya?

Obsérvelos... son sus hijos.

Supongo que esos pedazos de carne, tripas, órganos, y cabellos no se parecen a la imagen en su cabecita.

¡Kafka!

3 comentarios:

  1. disculpe, señor, ¿sabe que acaba de escribir una joya? No, seguro, que no, es usted muy humilde; disculpe de nuevo.

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